La sombra de la violencia se cierne sobre Libia tras el atentado con coche bomba cometido ayer junto a un hospital de Bengasi, en el que murieron 13 personas y otras 40 fueron heridas, en su mayoría mujeres y niños, según la seguridad libia.

De hecho, el ministro de Interior, Achur Chuayel, hizo una revisión a la baja del balance y aseguró que sólo hay tres muertos, todos niños y "unas cuantas personas" heridas. Si la estimación correcta fuera la primera, sería el peor atentado desde el derrocamiento del coronel Gadafi, en agosto de 2011.

"Los restos de cuerpos de mujeres y niños quedaron esparcidos en decenas de metros alrededor del lugar del atentado, lo que imposibilita por ahora las tareas de identificación de los cadáveres. Es una escena horrorosa", declaró el portavoz de la policía de Bengasi, Tarek Al Jerraz.