Las elecciones parlamentarias anticipadas en Bulgaria no arrojarán luz sobre la situación política de un país desencantado con el estado de la economía, que no ha experimentado el impulso que esperaba tras su adhesión a la Unión Europea hace ya siete años.

Los comicios tienen lugar tras la dimisión de Gobierno de Boiko Borisov después de que miles de personas salieran a las calles en febrero para protestar contra la baja calidad de vida. El GERB de Borisov se encuentra enzarzado en una ajustada carrera con el Partido Socialista, a la espera de que se manifieste el 20 por ciento de indecisos que todavía desconoce a qué formación elegirá este domingo.

En cualquier caso, parece improbable que el vencedor se alce con una victoria lo suficientemente contundente: el GERB sólo mantiene 0,4 puntos porcentuales de ventaja sobre los socialistas (24 frente a 23,6 puntos), según una encuesta de Gallup. En juego están 240 escaños.

Persisten las dudas sobre qué grupo se hará con la mayoría. Borisov podría aliarse con la formación nacionalista Ataque y con Bulgaria para los Ciudadanos, de carácter pro empresarial. Los socialistas podrían trabajar junto al Movimiento por los Derechos y Libertades, representante de la etnia turca.

Si ningún grupo consigue formar mayoría, Bulgaria se verá obligada a celebrar elecciones el próximo mes de septiembre y tendrá que pasar todo el verano bajo el mismo Ejecutivo en funciones que gobierna desde la dimisión de Borisov, y que es incapaz, por su limitado margen de maniobra, de cumplir con las promesas de estabilidad fiscal realizadas a la Unión Europea.

"Creía que el estatus quo podría cambiar. Pero veo que no va a pasar. Sigo dudando sobre a quién merece la pena votar", declaró Petar Haralampiev, de 31 años, desempleado.

Salario medio de 400 euros

A pesar de que el GERB ha conseguido reducir el déficit fiscal del país hasta uno de los niveles más bajos de la Europea, la tasa de desempleo se encuentra en el nivel más alto de los últimos ocho años y el salario medio es de solo 400 euros.

Los ciudadanos están descontentos por la falta de ética en la campaña, que han reconocido los propios candidatos. "Ha sido una campaña muy sucia", declaró Borisov este viernes en un foro político, después de que los Socialistas acusaran a su partido de estar involucrado en un escándalo de escuchas.

Estas críticas están dirigidas contra el ex ministro del Interior Tsvetan Tsvetanov quien, como también se presenta a las elecciones de este domingo, goza de inmunidad.

El líder socialista y ex primer ministro, Sergei Stanishev --responsable de la explosión de crédito de 2009 que contribuyó a sumergir al país en la que se encuentra ahora-- criticó duramente esta semana la incapacidad del GERB para reformar el país.

"La gente está harta de sus mentiras, y solo nosotros podemos llevar el cambio", declaró Stanishev frente a miles de seguidores al grito de "¡Victoria!".