El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, ha asegurado este viernes que hay "pruebas sólidas" de que el Gobierno de Bashar al Assad ha perpetrado ataques con gas sarín, dos semanas después de que el Gobierno de Estados Unidos confirmara la existencia de tales indicios.

"Esta lucha es sobre las terribles decisiones en las que el régimen de Al Assad ha constatado su disposición a matar en cualquier lugar (...) con gas sarín, de lo que cual creemos que existen pruebas sólidas de su uso", ha declarado Kerry en un debate abierto realizado en la red social Google+.

El viceportavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell, ha insistido en que el Gobierno está investigando "de forma escrupulosa y muy a fondo" el uso de armas químicas por parte del Ejército sirio.

No obstante, Ventrell ha expresado cierto "escepticismo" sobre las acusaciones contra los rebeldes del Ejército Libre Sirio (ELS), quienes, según el Gobierno sirio, recurrieron a armas químicas en la localidad de Jan al Assal, en la provincia de Alepo (noroeste), en marzo.

"Es el régimen quien tiene esas armas, pero queremos cualquiera de sus usos sea investigado, y por eso hemos reclamado desde hace tiempo que observadores de la ONU tengan el permiso de investigar dichas acusaciones", ha explicado el portavoz.

La ONU desmintió esta semana que los rebeldes utilizaran armas químicas en Jan al Assal después que la exfiscal del Tribunal Penal Internacional Carla del Ponte dijera que existen "fuertes sospechas, aunque todavía no son incontrovertibles" de que los rebeldes recurrieran al gas sarín en dicho ataque.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha reiterado que el uso de las armas químicas en Siria supone una "línea roja" para su Ejecutivo, a lo que el primer ministro de Turquía, Recep Tayip Erdogan, le respondió este viernes que hace tiempo se cruzó esa línea.

Activistas sirios han denunciado más de una decena de ataques con armas químicas del Ejército sirio en las últimas semanas, si bien ninguno de ellos ha podido ser corroborado de forma independiente.

Más de 70.000 personas han muerto en la guerra civil en Siria desde marzo de 2011, según el balance de la ONU, y más de 1,4 millones de sirios han cruzado la frontera para huir de la violencia para refugiarse, principalmente, en los campamentos levantados en el lado jordano y libanés de la frontera.