Las primeras consecuencias del ascenso de los eurófobos británicos del UKIP (Partido por la Independencia del Reino Unido, contrario a la UE y a la inmigración) en las elecciones municipales inglesas del pasado jueves no se han hecho esperar. La pieza central del programa del primer ministro, el conservador David Cameron, para el próximo curso legislativo, inaugurado ayer, será un fuerte control de la inmigración.

Así quedó de manifiesto en el discurso leído por la reina Isabel II -y redactado por la gobernante coalición de conservadores y liberales-demócratas- en la Cámara de los Lores del Parlamento. Los comicios del pasado jueves situaron al UKIP como tercera fuerza en las urnas por delante de los liberales del viceprimer ministro, Nick Clegg.

Con el mandato de Cameron a mitad de recorrido -faltan dos años para las elecciones generales de 2015-, el programa leído por Isabel II, en el que destaca la ausencia de importantes proyectos de ley, pone el énfasis en una amplia batería de medidas antiinmigración. Entre ellas cabe destacar que se facilitará la deportación de delincuentes extranjeros y se obligará a los caseros a comprobar la situación legal de sus inquilinos inmigrantes, multándolos si alquilan alojamientos a inmigrantes indocumentados. De igual modo, se reforzarán las multas a empresas que contraten a trabajadores que residan ilegalmente en el Reino Unido y se limitará el acceso de los extranjeros que lleguen al país con el objetivo de recibir asistencia de la sanidad pública.

Permiso de conducir

El proyecto incluye también disposiciones para impedir que los inmigrantes ilegales obtengan el permiso de conducir, utilizado como forma de identidad junto con el pasaporte en el Reino Unido, un país donde no hay carné de identidad.

En otros puntos de su programa, el Gobierno de Cameron se compromete a trabajar en favor de la permanencia de Escocia en el Reino Unido, del mismo modo que asegura que defenderá el derecho de autodeterminación (capacidad para decidir su futuro) de territorios de ultramar como Gibraltar o las Malvinas. Esta referencia está sobre todo vinculada al referéndum celebrado el pasado marzo en las Malvinas, en el que casi el cien por ciento de la población votó a favor de conservar la soberanía británica, frente a las reclamaciones territoriales de Argentina.

Con todo, y a pesar del avance del UKIP, en las prioridades de Cameron no hay referencias a la convocatoria de un referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la UE, que Cameron planea celebrar en torno a 2017, siempre que gane los comicios de 2015.