El principal fiscal encargado de la acusación en el caso de la muerte en 2007 de la exprimera ministra paquistaní Benazir Bhutto, en el que está acusado el expresidente golpista Pervez Musharraf, fue asesinado este viernes en Islamabad.

El caso, controvertido desde el inicio y con acusaciones en varias direcciones, da un nuevo giro en un momento delicado por la detención del exgeneral Musharraf y con el país sumido en la recta final de la campaña para los comicios del próximo 11 de mayo.

Chaudhry Zulfiqar, el fiscal asignado al caso por la Agencia Federal de Investigación (FIA), fue acribillado a balazos por desconocidos cuando se dirigía en su coche esta mañana al Tribunal Antiterrorista de Rawalpindi, cerca de Islamabad, donde debía presentar un informe tras unos días de receso.

"Dos o tres hombres esperaban en la acera y dispararon contra el vehículo cuando Zulfiqar frenó para un cambio de sentido", detalló a Efe un responsable de una comisaría cercana, Arshad Alí, que explicó que el ataque causó la muerte accidental de otra persona.

"El tiroteo provocó un accidente de tráfico en el que murió la conductora de otro coche", precisó Alí tras reconocer que los agresores lograron darse a la fuga.

El suceso, en el que resultó herido uno de los guardaespaldas del letrado, ocurrió hacia las 07.00 hora local (02.00 GMT) y, según medios locales, el jurista murió tras recibir al menos diez impactos de bala.

"Hay una investigación de alto nivel para aclarar el asesinato, pero hasta ahora no hay indicios de quién ha sido ni se ha producido ninguna reivindicación", indicó el responsable policial.

El presidente del país y viudo de Benazir Bhutto, Asif Alí Zardari, condenó el asesinato mediante un mensaje enviado a los medios, y pidió "una investigación meticulosa" para hallar a los culpables y llevarlos ante la justicia.

Zulfiqar era uno de los representantes de la FIA, agencia que había interrogado los últimos días a Musharraf en relación al asesinato de Bhuto.

El exmilitar se halla bajo arresto domiciliario desde hace dos semanas en relación a varias causas abiertas en su contra y se ha convertido en el primer exjefe del poderoso Ejército paquistaní que es detenido en el país asiático.

Musharraf, que regresó en marzo a Pakistán tras cuatro años de autoexilio, se enfrenta en el caso de Bhuto a la acusación de haber negado a la exmandataria una protección adecuada y de desoír deliberadamente las amenazas de muerte que pesaban contra ella.

Aquel magnicidio permanece rodeado de incógnitas en parte debido a la negligencia -según algunos, intencionada- que llevó a la Policía a limpiar la escena del crimen, lo que hizo desaparecer pruebas esenciales para la investigación del atentado.

Bhuto murió el 27 de diciembre de 2007 junto a otras 24 personas a manos de un terrorista suicida de 15 años que hizo estallar una carga explosiva tras un mitin en Rawalpindi, poco después de que la exjefa de gobierno pusiera fin a años de exilio en el extranjero.

Musharraf era entonces el presidente del país, cargo que abandonó meses después ante la amenaza del Parlamento nacional de iniciar un proceso de destitución en su contra.

El responsable de un equipo de Naciones Unidas que investigó el caso dos años después del mismo responsabilizó a Musharraf del atentado contra Bhutto y criticó con dureza a las autoridades locales por su ineficacia.

"El fracaso de la investigación fue deliberado y no hubo determinación a la hora de proteger a Benazir Bhutto", dijo el presidente del equipo, el embajador de Chile ante la ONU, Heraldo Muñoz, en la presentación del informe en abril de 2010.

Musharraf, por su parte, atribuyó la autoría del ataque a los talibanes, y, de hecho, cinco supuestos cómplices del ya fallecido líder insurgente Baitulá Mehsud están en prisión junto a dos policías arrestados por presunta negligencia en la investigación.

El abogado asesinado estaba también adscrito a la investigación abierta por las autoridades paquistaníes sobre cómo se organizaron los atentados que en noviembre de 2008 costaron la vida a 166 personas en la ciudad india de Bombay.

El ataque fue perpetrado, según la India, por el grupo integrista paquistaní Lashkar-e-Toiba y el Tribunal Antiterrorista de Rawalpindi mantiene abierta una causa en relación con aquellos ataques, aunque hasta ahora no ha habido condenas por el caso.