El Gobierno de Israel anunció ayer que volverá a entregar mensualmente los impuestos que Tel Aviv recauda a nombre de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que congeló el pasado noviembre, apenas unos días después del reconocimiento de Palestina como estado observador de la ONU.

La oficina del primer ministro, Benjamin Netanyahu, informó de ya se han dado instrucciones al ministro de Finanzas israelí, Yair Lapid, para "reanudar las transferencias". Esta decisión se produce tras la primera visita a Israel y a los territorios palestinos del presidente estadounidense, Barack Obama.

En virtud del protocolo de París de 1994, Israel ejerce funciones de recaudación de impuestos para el Gobierno palestino, obteniendo cantidades aproximadas de unos 80 millones de euros mensuales que envía posteriormente a la ANP. La congelación de la transferencia de estos fondos supuso un duro golpe al presidente palestino, Mahmud Abás, que necesita con urgencia de dicha recaudación para pagar los salarios mensuales del sector público en un momento de creciente presión financiera. Las autoridades locales, por su parte, advirtieron de que la retención de los fondos podría ocasionar serios disturbios en la Franja de Gaza. El primer ministro palestino, Salam Fayyad, adelantó destinarán el dinero a a "aliviar la grave crisis financiera".