La oposición siria ha acusado este lunes a las fuerzas gubernamentales de lanzar un ataque con armas químicas contra las posiciones rebeldes en los alrededores de la base militar de Adra, ubicada a las afueras de Damasco, que ha dejado dos muertos y 23 heridos.

"Los médicos describen el arma química utilizada como fósforo, que afecta al sistema nervioso causando pérdida de la consciencia y del equilibrio", ha dicho Mohammad al Doumani, opositor sirio que se encuentra en la cercana ciudad de Douma.

"Los dos combatientes estaban muy cerca de donde se ha producido la explosión, por lo que han muerto rápidamente. El resto, están siendo tratados con Atropina", ha indicado Al Doumani, en alusión al balance de víctimas.

La prensa internacional no ha podido verificar de forma independiente este supuesto ataque con armas químicas, debido al bloqueo informativo impuesto por el régimen de Bashar al Assad en todo el territorio sirio.

El pasado 19 de marzo, el Gobierno sirio acusó a las fuerzas opositoras de lanzar un ataque químico contra la localidad de Jan al Assal, ubicada en la provincia de Aleppo, dejando 26 víctimas mortales.

Las fuerzas opositoras han negado dicha acusación y, además, han aseverado que el Gobierno sirio ha atacado con armas químicas la localidad de Otaiba, ubicada en Damasco.

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, ha anunciado que la organización internacional investigará el presunto uso de armas químicas en Jan al Assal, en respuesta a la petición formulada en este sentido por el Gobierno sirio.

Naciones Unidas calcula que desde marzo de 2011, cuando comenzó el levantamiento popular contra el régimen de Al Assad, unas 70.000 personas han muerto a causa de los combates entre las fuerzas gubernamentales y rebeldes.

El Gobierno atribuye gran parte de las víctimas a los grupos terroristas que actúan en el país árabe -según ha denunciado insistentemente- con la financiación y el apoyo material de Arabia Saudí, Qatar y Turquía, entre otros