El presidente de la República Centroafricana (RC), François Bozizé, escapó este domingo de Bangui rumbo a la localidad de Zongo, en la República Democrática del Congo (RDC), ya que los rebeldes de la coalición Séléka han tomado la capital, según informaron fuentes militares.

Por su parte, los rebeldes anunciaron la toma del Palacio Presidencial y de la sede de la radio nacional: "Tenemos el Palacio del Renacimiento y estamos asegurando la zona", indicó a Efe por teléfono el jefe del Estado Mayor de la Séléka, Arda Hakouma.

Los combates se reiniciaron a primera hora de la mañana en la capital centroafricana, tomada casi en su totalidad por los milicianos de la Séléka y donde durante la mañana se han escuchado tiros de forma esporádica.

Asimismo, los rebeldes se han hecho con el control de la Asamblea Nacional y de la Gendarmería.

La situación sigue siendo confusa en Bangui y por el momento los líderes de la Séléka no han realizado ninguna declaración oficial sobre la toma del poder.

Francia, antigua potencia colonizadora, pidió esye sábado una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU ante los acontecimientos en la RC, informaron fuentes de la presidencia francesa.

En enero se inició en Gabón un proceso negociador entre el Gobierno y la Séléka, que culminó con la firma de unos acuerdos de paz el día 11 de ese mes y que contemplaban un alto el fuego y una transición de un año con un gobierno de unidad nacional que parece no haber satisfecho las demandas de la rebelión.

Los rebeldes reiniciaron su actividad el pasado miércoles, después de haber dado un ultimátum al presidente para cumplir una serie de reivindicaciones que expiró el día 20, y han avanzado rápidamente hasta Bangui.

La coalición Séléka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país el pasado mes de diciembre al considerar que Bozizé no había respetado unos acuerdos de paz firmados en 2007.

Estos tratados contemplaban -entre otros asuntos- la integración de combatientes rebeldes en el Ejército centroafricano, la liberación de una serie de prisioneros políticos, y el pago a los milicianos sublevados que optaran por el desarme.