El oligarca ruso Boris Berezovsky, enemigo declarado del presidente ruso, Vladimir Putin, fue hallado muerto ayer en su casa de la localidad de Ascot, a las afueras de Londres, según confirmó un amigo del fallecido a la BBC. "Su cuerpo fue hallado por su guardaespaldas. Por el momento no hay más detalles", dijo a los medios británicos lord Tim Bell, empresario del sector de las relaciones públicas.

Por ahora se desconocen las causas de la muerte de Berezovsky, pero algunos medios afirman que estaba deprimido y pudo haberse suicidado, aunque esta circunstancia no ha sido confirmada.

El oligarca, de 67 años y muy conocido en el Reino Unido, emigró a este país en 2000 a raíz de sus problemas con la Rusia de Putin y tuvo un enfrentamiento empresarial con el dueño del club inglés Chelsea, el también ruso Roman Abramóvich.

En 2012, Berezovsky, que iba a todas partes con guardaespaldas, perdió una batalla legal multimillonaria contra Abramóvich por considerar que éste le había intimidado para vender acciones en la petrolera rusa Sibneft por una "fracción" de su valor real. Sin embargo, las acusaciones del oligarca ruso fueron rechazadas por el Tribunal Comercial de Londres.

Tanto Berezovsky como Abramóvich consiguieron acumular cuantiosas fortunas en la Rusia de Boris Yeltsin. Berezovsky -matemático en la era soviética y amigo de la familia de Yeltsin- llegó a ser uno de los personajes de más éxito de la turbia Rusia post soviética, todopoderoso durante el segundo mandato del presidente Boris Yeltsin (1996-1999), hasta el punto de haber sido el descubridor y padrino del Vladimir Putin, y luego la encarnación del demonio en la Rusia de ese mismo Putin.

El fallecido amasó su fortuna primero con la empresa Logovaz, una estafa a gran escala relacionada con la fábrica que producía los entonces preciados turismos Lada. Luego, con las grandes privatizaciones, fundó la gran petrolera Sibneft, y también gestionó las líneas aéreas Aeroflot.