La OTAN se apresuró ayer a calmar a sus aliados europeos, a los que aseguró que el Viejo Continente seguirá teniendo la misma protección hasta ahora prevista frente a ataques con misiles balísticos pese a la decisión del Gobierno estadounidense de cancelar la cuarta fase de su programa de escudo antimisiles en Europa. La cancelación permitirá reforzar con 14 interceptores más el despliegue de EE UU en Alaska para contrarrestar la amenaza norcoreana.

"Las fases 1 a 3 serán ejecutadas, incluidos los emplazamientos en Polonia y Rumanía. Y estas tres fases ofrecerán la cobertura de todas las poblaciones y territorios europeos de la OTAN, tal y como estaba previsto, en 2018", aseguró el secretario general de la OTAN, Fogh Rasmussen.

Rasmussen quiso dejar claro que Corea del Norte constituye "un motivo de preocupación" y afirmó "comprender muy bien que EE UU y otros países den pasos para garantizar la defensa y protección efectiva de sus poblaciones", pero insistió en el compromiso "inquebrantable" de Wasahington con la defensa antimisiles en Europa.

Entre tanto, China logró situarse entre 2008 y 2012 como uno de los cinco mayores exportadores de armas del mundo, junto a EE UU, Rusia, Alemania y Francia, gracias a sus envíos de armamento convencional a Pakistán, Birmania, Bangladesh o Venezuela. Así lo revela un informe del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI) difundido ayer, en el que se destaca que el empuje chino, que ha desbancado del club de los cinco grandes al Reino Unido. "El salto de China está principalmente impulsado por las adquisiciones de armamento a gran escala de Pakistán", asegura el SIPRI.