Los ciberataques y el ciberespionaje han sustituido al terrorismo como la mayor amenaza para EE UU, según aseguraron ayer las agencias y organizaciones de inteligencia del país. Sin embargo, el director de la oficina gubernamental de Inteligencia Nacional, James Clapper, precisó que no se esperan ataques cibernéticos destructivos en dos años.

Clapper presentó al Senado el documento anual sobre amenazas. En los informes de 2011 y 2012, el terrorismo figuraba como la principal. Entre los argumentos que han llevado al ciberespionaje al primer lugar, figura que la tecnología está evolucionando tan rápido que es difícil guardar en secreto las innovaciones. Clapper. señaló que hay una "oportunidad remota" de que en los próximos dos años se produzca un "gran ciberataque contra una infraestructura estadounidense vital", como una planta eléctrica.

En el informe también figuran las amenazas de Corea del Norte, la proliferación de armas nucleares y otras cuestiones económicas o regionales, como el mantenimiento de las revueltas árabes. El documento incluye las amenazas de una transición política en Cuba y la acaparación de materias primas por parte de China. La inteligencia estadounidense considera el programa nuclear y de misiles de Corea del Norte una "seria amenaza" para EE UU y para el Este asiático.

Clapper indicó que las capacidades nucleares de Pyongyang "están destinadas a la disuasión, el prestigio internacional y la diplomacia coercitiva" y reconoció que desconoce qué motivaría el uso de un arma nuclear por el régimen norcoreano. "Aunque creemos que sólo intentaría utilizar armas nucleares contra fuerzas de EE UU o sus aliados para preservar el régimen de Kim (Jong Un), no sabemos qué llevaría, desde la perspectiva de Corea del Norte, a cruzar ese umbral".

Este análisis se produce después de que Corea del Norte anunciara, el lunes, la anulación del armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-53), tras salir a la luz un acuerdo entre China y EE UU en la ONU para imponer nuevas sanciones a Corea del Norte por su prueba nuclear de febrero. Al respecto, Corea del Sur aseguró ayer que el armisticio sigue vigente diga lo que diga Pyongyang.