En Egipto, la situación política sigue deteriorándose. Tras tomar miles de personas el lunes por la noche las calles de Port Said, Suez e Islamiya -las tres ciudades del delta del Nilo donde se ha declarado el estado de emergencia y el toque de queda-, los militares lanzaron ayer una seria advertencia al poder civil.

"La continuación del conflicto entre las distintas fuerzas políticas y sus discrepancias sobre la administración de los asuntos del país puede llevar al colapso del Estado y amenaza el futuro de las próximas generaciones", dijo el ministro de Defensa y jefe del Ejército, Abdelfatah el Sisi, en una academia militar.

Al mismo tiempo, El Sisi recordó el papel central de los militares, "el pilar en el que se asienta el Estado egipcio". Estas últimas palabras han sido interpretadas como un serio recordatorio de que para los militares -desplegados en las tres provincias donde se ha declarado el toque de queda- la actual inestabilidad tiene un límite.