Más de 100.000 personas se manifestaron hoy en diversas ciudades francesas para protestar contra el proyecto de ley para legalizar el matrimonio homosexual en una convocatoria cuyos organizadores se esforzaron en distinguirse de los discursos más ultras o con tintes homófobos.

La concentración más numerosa fue la de París, donde los organizadores del colectivo "Para una humanidad sostenible" estimaron en 200.000 los asistentes (70.000 para la policía) en un desfile colorido guiado por el lema "la manifestación para todos", en oposición al "matrimonio para todos" que figura en la reforma legislativa.

La líder del colectivo organizador, Virginie Merle, irreverente incluso con su alias "Frigide Barjot", manifestó la dificultad para explicar su posición por el riesgo de que su rechazo al matrimonio entre dos hombres o entre dos mujeres se asocie a actitudes homófobas que no comparten.

"No se trata de impedir a los homosexuales que se quieran o que las familias homoparentales críen a sus hijos, sino de protestar contra el cambio de la estructuración de la sociedad", señaló Merle.

El colectivo "Para una humanidad sostenible" estuvo respaldado en su convocatoria por otras organizaciones con más trayectoria como la Confederación Nacional de Asociaciones Familiares Católicas, la Federación de Asociaciones Familiares Protestantes o Alianza Vita.

Pero en cualquier caso, quisieron subrayar que su mensaje era laico.

El presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, André Vingt-Trois, había pedido a sus feligreses que se sumaran a la protesta, aunque sin que la jerarquía eclesiástica hiciera personalmente acto de presencia en los desfiles.

Fuera de París, se celebraron marchas en grandes ciudades como Lyon (27.000 participantes, de acuerdo con los organizadores, 22.000 para la policía), Rennes, Nantes, Montpellier, Marsella o Toulouse (10.000 según los convocantes, 5.000 según la policía), donde la policía lanzó gases lacrimógenos contra varios cientos de contra-manifestantes que no tenían autorización para su concentración.

Los dignatarios musulmanes, judíos o protestantes de Francia, aunque se han declarado unánimemente contra los planes del Gobierno socialista para legalizar el matrimonio homosexual, no han dado consignas particulares sobre las manifestaciones.

Los desfiles de hoy se desmarcaron en particular de la concentración organizada mañana ante el Ministerio de la Familia por el Instituto Civitas, que se define como un "movimiento político" cuyo objetivo es "la reconquista política y social para recristianizar Francia".

El proyecto de ley adoptado por el Consejo de Ministros el pasado día 8 supone para los homosexuales un avance con respecto a la actual unión de hecho en vigor por ahora, que no les reconoce la posibilidad de adoptar ni las ventajas fiscales del matrimonio.

Pero los colectivos de homosexuales y lesbianas querrían que se les reconociera el derecho a acceder a la reproducción asistida o la equiparación de la custodia compartida entre los dos cónyuges cuando uno de ellos tuviera un hijo antes del matrimonio.