El candidato socialista, François Hollande, ha conseguido el 28,6 por ciento de los votos en las elecciones presidenciales de ayer domingo, un punto y medio por encima del 27,1 por ciento del presidente, Nicolas Sarkozy, según se desprende de los datos del Ministerio del Interior tras el escrutinio del 99 por ciento de los votos.

En tercera posición ha quedado la candidata del ultraderechista Frente Nacional, Marine Le Pen, que ha obtenido el 18 por ciento. El candidato izquierdista Jean-Luc Melenchon ha quedado en cuarta posición, con el 11,1 por ciento, y el centrista François Bayrou se ha debido contentar con el 9.1. La participación fue del 80,2 por ciento.

Hollande, de 57 años, se medirá, por tanto a Sarkozy en la segunda vuelta de las presidenciales, que se celebrará el 6 de mayo. Los sondeos de opinión otorgan entre un 53 y un 56 por ciento de los votos al candidato socialista.

Los sondeos efectuados ayer domingo por tres empresas de opinión revelan que entre el 48 y el 50 por ciento de los votantes de Le Pen apoyarán a Sarkozy en la segunda vuelta, mientras que los partidarios de Bayrou están claramente divididos entre los dos rivales y una tercera parte de ellos se mantienen indecisos.

Melenchon ha pedido a sus partirarios que ayuden a derrocar a Sarkozy, aun sin mencionar expresamente a Hollande. La candidata de los Verdes, Eva Joly, ha pedido el voto a Hollande, quien podría beneficiarse también del voto de dos candidatos trotskistas.

La alternativa centrista que representa François Bayrou no ha podido repetir su éxito de 2007 al recabar hoy un 9,2 por ciento de los votos, debido a la polarización que ha dominado las elecciones francesas de este año. También se ha resentido la opción "verde" de Eva Joly, la sexta fuerza más votada con un 2% de los votos.

Ventaja en la segunda vuelta

En este escenario, la ventaja a favor de Hollande se acentuará con toda probabilidad en la segunda vuelta, cuando comience a recabar los votos de los candidatos que se quedaron por el camino.

El candidato socialista contaría con el respaldo de un 80 por ciento de los votantes del izquierdista Mélenchon y un 33 por ciento de los afines a Bayrou, el líder del Movimiento Democrático. Sarkozy conseguiría el voto de un 45 por ciento de los simpatizantes de Le Pen, más un 32 por ciento de los votantes del centrista Bayrou.

Llegados a este punto, Hollande tendría todo a su favor para hacerse con el triunfo final. Ifop concede al líder socialista una ventaja mínima de siete puntos por delante de Sarkozy (53,5% por un 46,5%). Los sondeos más optimistas para Hollande amplían su ventaja a 14 puntos (57% frente a un 43% para los institutos BVA y CSA).

"Estos comicios son una expresión del rechazo profundo a Nicolas Sarkozy", resume un antiguo integrante del partido del presidente, la Unión por un Movimiento Popular (UMP). "Por encima de todo, son un rechazo de su persona, de su omnipotente y arrogante gobierno", añadió en declaraciones a Reuters.

Este rechazo se ha hecho patente entre las filas de su propio partido. Por ejemplo, la exministra de Planificación Fadela Amara se ha unido a la creciente lista de antiguos colaboradores políticos de Sarkozy que han anunciado su intención de votar a Hollande, quien se perfila como el primer presidente socialista de Francia desde el fin del mandato de François Mitterrand, en 1995.

Amara, una de las figuras del centro-izquierda reclutadas por Sarkozy para formar su primer gobierno tras su elección en 2007, se ha unido a la exministra de Medio Ambiente y militante ecologista Corinne Lepage en su decisión de apoyar expresamente a Hollande. Ambas han acusado a Sarkozy de haberse escorado demasiado a la derecha.

Otros antiguos dirigentes próximos a Sarkozy o de la derecha que han anunciado su apoyo a Hollande -entre ellos, el expresidente Jacques Chirac- son el antiguo alto comisario para la Pobreza Martin Hirsch, el exminstro de Estado sobre Igualdad de Oportunidades Azouz Begag y el que fuera ministro de Cultura Jean-Jacques Aillagon.