El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, se comprometió ayer a dimitir una vez que el Parlamento apruebe las reformas económicas presentadas a la Unión Europea, pocas horas después de perder la mayoría absoluta en una votación en la Cámara baja.

Durante una reunión de una hora en Roma, Berlusconi acordó con el presidente de la república, Giorgio Napolitano, poner su cargo a disposición del jefe del Estado después de que se aprueben los presupuestos de 2012, para los que su Gobierno ha elaborado una enmienda en la que se incluyen algunas de esas reformas.

Tras el encuentro, el primer ministro prometió dimitir, lo que no excluye la posibilidad de que se le vuelva a encargar la formación de un nuevo Gobierno, aunque aseguró que ve como la única salida posible la celebración de elecciones anticipadas (la legislatura concluye en 2013).

"Tenemos que preocuparnos de lo que sucede en los mercados financieros, que no creen que Italia sea capaz de aprobar las medidas que la UE nos ha pedido. Creo que esta es la primera cosa que nos tiene que preocupar. Tenemos que demostrar a los mercados que vamos en serio. La cosa más importante es el bien del país", dijo Berlusconi.

"Es necesario construir el país, es necesario dar una respuesta a Europa y a los mercados (...) Detrás de mí solo veo el voto", agregó el primer ministro, quien pidió que la oposición ayude a su Gobierno a aprobar las reformas exigidas por la UE lo antes posible.

El encuentro de los jefes del Gobierno y del Estado se produjo después de que Berlusconi constatara hoy en la Cámara baja la pérdida de la mayoría absoluta, tras la rebelión de algunos de los diputados de su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL), quienes le habían exigido su dimisión para que un nuevo Ejecutivo consiguiera sacar adelante esas medidas económicas.

Esa misma demanda de dimisión la hizo, antes de iniciarse la votación, su principal aliado, el líder de la Liga Norte, Umberto Bossi.

El primer ministro consiguió aprobar las cuentas del Estado de 2010 gracias a que 321 diputados de la oposición no participaron en la votación, superando en número a los que dieron la aprobación a Berlusconi (308).

Berlusconi ha expresado una "gran preocupación por la urgente necesidad de dar respuestas puntuales a las expectativas de los socios europeos con la aprobación de los presupuestos de 2012, oportunamente enmendados siguiendo la contribución más reciente con observaciones y propuestas de la Comisión Europea", según reza una nota de la presidencia de la república divulgada tras la reunión.

"Una vez cumplido ese trámite, el presidente del Gobierno pondrá su cargo a disposición del jefe del Estado, que procederá a las consultas habituales (para formar un nuevo Gobierno) dando máxima atención a las posiciones y propuestas de cada fuerza política, tanto de la mayoría parlamentaria que salió de las elecciones de 2008 como de la oposición", prosigue.

Con este anuncio se pone fin a varias semanas de incertidumbre económica y política en Italia, después de que el Ejecutivo diera muestras de tener dificultades para aprobar las reformas y no terminara de convencer con sus promesas a los mercados, donde la prima de riesgo italiana se ha disparado hasta cerca de los 500 puntos básicos.

Un día antes de que comenzara la cumbre del G20 de Cannes (Francia), el Consejo de Ministros italiano aprobó "in extremis" el pasado 2 de noviembre una llamada "maxienmienda" a los presupuestos de 2012, en la que se incluyeron las primeras de las reformas exigidas por Bruselas, cuyo contenido exacto aún se desconoce.

Está previsto que mañana mismo esa enmienda a los presupuestos sea presentada en la comisión de Cuentas del Senado para que pueda ser votada en el pleno ya la semana que viene y la Cámara baja dé el visto bueno definitivo a finales de este mes, antes, incluso, del plazo habitual, que terminaría a mediados de diciembre.

Fuentes de la principal formación de la oposición, el Partido Demócrata, indicaron que valoran el anuncio de la próxima dimisión de Berlusconi, pero indicaron que es necesario que ésta se formalice lo antes posible.

Por su parte, el líder de la Unión de Democristianos y de Centro, Pier Ferdinando Casini, indicó que con esta decisión Berlusconi ha demostrado que "existe una vía de salida" a la actual situación de Italia, aunque precisó que la situación económica y financiera del país no aconseja que se lleve a cabo una "larga y extenuante" campaña electoral.

Una vez que el primer ministro ponga su cargo a disposición de Napolitano se abre el periodo de crisis de Gobierno, y el presidente de la república comenzará las consultas para ver si se puede formar un nuevo Ejecutivo, con o sin Berlusconi, o, en caso contrario, convocar elecciones anticipadas.