El terrorismo con lazos nucleares volvió hoy a sacudir Teherán, casi un año después del último atentado y a escasos días de que Irán y la comunidad internacional se dispongan a reanudar el diálogo sobre el conflictivo programa atómico iraní.

Según los medios oficiales, un científico nuclear iraní murió esta mañana y un colega suyo resultó herido en sendos atentados con bomba lapa perpetrados en el norte de la capital cuando ambos se dirigían a su trabajo junto a sus esposa.

De acuerdo con el relato oficial, el profesor e investigador Mayid Shariari, que trabajaba en la Universidad Shahid Behesti y era miembro de la Sociedad Nuclear de Irán, falleció al hacer explosión un artefacto colocado en su vehículo cuando circulaba por el norte de la capital junto a su esposa, que resultó herida.

El atentado sucedió en torno a las 7:00 de la mañana hora local (2:30 GMT), momento en el que dos hombres a bordo de una motocicleta se acercaron a toda velocidad al automóvil y adosaron en marcha con un imán la bomba a la carrocería, que estalló poco después de que se dieran a la fuga.

Tanto la esposa como el conductor del vehículo, que viajaba por el bulevar de Artesh, en el noreste de Teherán, fueron ingresados en el hospital, aunque su situación es estable.

En un atentado con igual método, su colega, Fereydoun Abbasi, especialista en desarrollo láser, sufrió heridas graves en el barrio noroeste de Velenyak cuando se dirigía a la misma universidad, también junto a su mujer, que resultó igualmente herida.

Según la web conservadora iraní Mashreghnews, el científico era doctor en Física Nuclear e investigaba para el ministerio de Defensa iraní, además de ser uno de los pocos investigadores del país experto en la fragmentación de isótopos.

Las mujeres de ambos también trabajaban en la Universidad Behesti, una de las más reputadas del país, aunque no se ha revelado sus cargos.

Esta es la segunda vez en el último año que un científico iraní presuntamente relacionado con el controvertido programa nuclear sufre un atentado mortal en el norte de la ciudad.

El pasado 12 de enero, un artefacto colocado en una motocicleta de pequeña cilindrada y al parecer accionado por control remoto segó la vida de Masud Ali Mohammadi, profesor de Física en la Universidad de Teherán, cuando abandonaba su domicilio en el norte de la capital iraní.

Según el régimen, era un reputado experto nuclear "comprometido" aunque la oposición aseguró que había firmado un manifiesto con otros profesores en favor de la corriente opositora reformista.

Escasas horas después del asesinato, el portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Ramin Mehmanparast, acusó a Estados Unidos e Israel, enemigos enconados de Irán, de estar involucrados en el ataque, acusación que el Departamento de Estado norteamericano calificó de "absurda".

La agencia oficial de noticias local Irna apuntó hoy "hacia los enemigos del pueblo iraní que no tienen esperanza en que (funcionen) las sanciones y su presión sobre Irán" como presuntos autores de los atentados.

"Nuevamente, y en vísperas de las negociaciones con el grupo 5+1, cometen estos actos terroristas para que cuando están en la mesa de negociación obtengan sus objetivos de maldad, y así obligar a Irán a actuar como ellos quieren", agregó la agencia, que cita a expertos no identificados.

La Policía iraní admitió que aún no existen pruebas aunque medios oficiales como la agencia Fars o la agencia Isna dirigen ya sus sospechas hacia Estados Unidos e Israel, los enemigos más enconados de Irán.

Buena parte de la comunidad internacional, con las citadas naciones a la cabeza, acusa a Teherán de ocultar, bajo su programa nuclear civil, otro de carácter clandestino y objetivos militares a fin de conseguir un arsenal atómico, una alegación que el régimen iraní rechaza.

En febrero de este año, Irán desoyó las advertencias de la comunidad internacional y comenzó a enriquecer uranio al 20 por ciento, lo que llevó a que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas le impusiera en junio nuevas sanciones.

Un mes antes, Irán, Brasil y Turquía sellaron un documento conjunto en el que recuperaban ese intercambio, aunque con otras condiciones, acuerdo que Teherán desea ahora que se convierta en uno de los pilares de la negociación.

Está previsto que la negociación entre Irán y el denominado grupos 5+1 -integrado por los países miembros del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania, se retome el próximo 5 de diciembre, en una capital europea por determinar.