El primer ministro francés, François Fillon, descartó hoy renunciar al retraso de la edad de jubilación, motivo que alimenta las protestas de los sindicatos que están afectando al país en los últimos días.

En una entrevista en la televisión TF1 en horario de máxima audiencia, el jefe del Gobierno señaló que la reforma "seguirá adelante" y que será votada por los senadores, algo que está previsto el próximo miércoles.

El día antes, el país vivirá la décima jornada de movilización contra la medida y afrontará los paros indefinidos convocados en algunos sectores estratégicos, como los ferrocarriles y las refinerías.

En este último sentido, Fillon se presentó como el garante de que el país no se verá paralizado y aseguró que no habrá escasez de combustible en las gasolineras.

"No dejaré que el país sea bloqueado. No dejaré que la economía francesa se ahogue por un bloqueo del suministro de carburante", señaló el ministro.

Minutos antes, el ministro del Interior, Brice Hortefeux, había advertido que se utilizará la fuerza si fuera necesario para desbloquear las refinerías, paralizadas desde hace varios días, lo que provoca problemas de abastecimiento.

Fillon garantizó que "no habrá penuria" de carburantes porque su Gobierno tomará "las medidas necesarias para que el país no esté bloqueado".

Esas primeras medidas fueron adoptadas esta misma tarde, cuando tres trabajadores fueron obligados a ir a la refinería de Grandpuits bajo pena de despido, según los sindicatos.

Sin embargo, un grupo de militantes sindicales bloqueó los accesos a la central para evitar que siguiera funcionando, alegando que las medidas del Gobierno van contra el derecho de huelga.

Para Fillon "el derecho a la huelga no da derecho a impedir el acceso a un depósito de combustible", una acción que calificó de "ilegal".

El primer ministro indicó que, junto con el presidente, Nicolas Sarkozy, siguen "cotidianamente" las protestas, pero que no tienen previsto rectificar los puntos clave de la misma, es decir, el retraso de la edad mínima de jubilación de 60 a 62 años y de 65 a 67 para cobrar el total de la pensión.

"Si no rectificamos el tema de los 62 años no podremos pagar más la pensión de los franceses", aseguró Fillon, que consideró el retraso de la jubilación como "la clave de la financiación de las jubilaciones del mañana".

Por otro lado, el primer ministro descartó una subida del impuesto sobre el valor añadido porque consideró que en Francia es ya suficientemente elevado.

En contrapartida, Fillon apostó por un descenso del gasto público para reequilibrar el presupuesto.