Gordon Brown aseguró hoy que la decisión de invadir Irak fue la "correcta" y que se tomó "por las razones adecuadas", al tiempo que defendió la posterior gestión económica del conflicto.

El primer ministro británico efectuó esas declaraciones ante la comisión independiente que investiga la guerra de Irak de 2003, cuando el ahora primer ministro ocupaba la cartera de Finanzas en el Gobierno laborista de Tony Blair.

Los investigadores trataron de averiguar el grado de implicación de Brown en los preparativos de la invasión, decidida por Blair con el pretexto de unas inexistentes armas de destrucción masiva y cuyo motivo último no era otro que el deshacerse de Sadam Husein.

El primer ministro, quien antes de contestar recordó a los soldados fallecidos durante el conflicto, insistió en que "Irak violaba gravemente la legalidad internacional".

No obstante, reconoció que se pueden extraer ahora "lecciones" sobre la manera en que se tomaron ciertas decisiones previas y sobre el proceso de reconstrucción del país árabe después de la invasión.

"Ganamos la batalla en siete días, pero nos llevó siete años lograr la paz", dijo Brown, quien añadió que se mantuvo en contacto regular con Blair durante los meses previos a la invasión.

A su llegada al Queen Elizabeth II Center de Londres, donde se celebran los trabajos de la comisión, Brown fue abucheado por un puñado de manifestantes, que portaban carteles pidiendo la presencia del primer ministro en el Tribunal Internacional de La Haya para juzgarlo por crímenes de guerra.

Las protestas fueron menores si se comparan con las que se registraron cuando Blair compareció el pasado enero ante esta misma comisión, lo que le llevó a tomar la decisión de llegar al edificio, fuertemente escoltado, dos horas antes de su intervención.