Al menos 22 insurgentes han muerto en el bombardeo lanzado este sábado por un avión no tripulado estadounidense contra escondites de la insurgencia en la localidad de Damadoola (provincia de Bajaur, área tribal en la frontera noroeste con Afganistán), donde se encuentra la vivienda del subcomandante de los talibán paquistaníes, Maluvi Faqir, que fue alcanzada por un misil, según informaron las autoridades a la cadena Geo TV.

Entre los insurgentes fallecidos hay al menos tres extranjeros. Los misiles impactaron también contra viviendas cercanas. Éste es el cuarto ataque llevado a cabo con aviones no tripulados estadounidenses en Bajaur.

El ataque tuvo lugar en torno a las 12.05 horas locales (06.05 GMT) en la población de Damadola de la demarcación, fronteriza con Afganistán, y tenía como objetivo la residencia de un familiar del mulá Faquir Mohamed -líder de los talibanes en la zona-, según la fuente, citada por la cadena privada "Geo TV".

El canal "Dawn" situó horas antes el número de fallecidos en 18 citando a otra fuente oficial.

En el inmueble atacado se encontraban reunidos varios destacados cabecillas insurgentes, incluidos algunos "extranjeros" que forman supuestamente parte de la red terrorista internacional Al Qaeda, según fuentes de inteligencia y testimonios citados por Dawn.

De acuerdo con esas fuentes, sin embargo, el mulá Faquir Mohamed había abandonado el recinto poco antes de la acción militar.

En los últimos días, la prensa había especulado sobre la presencia en Bajaur del "número dos" de Al Qaeda, Ayman al Zawahiri.

Los ataques de aviones no tripulados estadounidenses son habituales en el cinturón tribal paquistaní, pero normalmente suelen concentrarse en las regiones de Waziristán del Norte y del Sur, que son el bastión principal de los insurgentes.

En Bajaur, las fuerzas de seguridad paquistaníes lanzaron en verano de 2008 una gran operación contra los talibanes en la que dijeron haber matado a cientos de integristas, aunque no pudieron dar con el paradero de la cúpula insurgente.

A pesar de que a principios de este año el mando militar proclamó la victoria sobre la insurgencia en la demarcación, en los últimos meses han continuado registrándose numerosas ofensivas puntuales y sucesos violentos.

Las autoridades de Pakistán rechazan en público las acciones militares de los aviones espía de EEUU, pero en realidad los ataques cuentan con el consentimiento tácito de Islamabad, cuyos servicios secretos comparten información con los estadounidenses, según diversas fuentes de ambos países.