Miles de personas se concentraron ayer en el Mall, el parque que recorre el centro de la capital estadounidense, para pedir al Gobierno de EE.UU. y al mundo entero que promuevan la igualdad de derechos para los homosexuales.

Lesbianas, gays, bisexuales y transgénero (LGBT) de todo el país se congregaron desde primera hora de la mañana en el Mall para participar, a lo largo de todo el día, en la Marcha Nacional por la Igualdad.

La marcha, reivindicativa pero con un toque festivo, unió en torno a una misma causa, el fin de la discriminación de los homosexuales, a afroamericanos, latinos, blancos, niños, jóvenes y mayores, que, con banderas del arco iris, pancartas y gritando eslóganes, pidieron el respeto a sus derechos civiles.

En las pancartas se podía leer lemas como "defiende la igualdad, el amor une", "Dios ama a los gays", "no nos tengan miedo" o "yo pago los mismos impuestos que ustedes, quiero los mismos derechos".

Obama, esperanza también para los gays

"Hey, Obama, can't you see? We demand equality" ("Obama, ¿no lo puede ver usted? Exigimos igualdad"), fue sólo uno de varios cánticos que se escuchaban hoy en las cercanías de la Casa Blanca.

Muchos de los participantes en la manifestación despertaron hoy animados por las promesas que les había hecho Obama la noche anterior, en una cena de gala de la Campaña pro Derechos Humanos, la mayor organización en defensa de los derechos de los homosexuales.

Pero otros, como el organizador de la marcha, Cleve Jones, fundador del SIDA Memorial Quilt, recalcó que Obama volvió a prometer muchos avances sin concretar fechas.

Obama intentó reconquistar al colectivo homosexual con una apasionada defensa de su compromiso con su lucha por la igualdad de derechos y la promesa de eliminar varias medidas discriminatorias.

Don't ask, don't tell

En un discurso muy aplaudido y ovacionado, Obama tendió una mano a un sector de la población que lo apoyó de manera decidida en las elecciones del año pasado, pero que desde entonces se ha sentido abandonado y se ha lamentado de la inactividad de la Casa Blanca en áreas como la presencia de los homosexuales en las Fuerzas Armadas.

Por ello, Obama reiteró su promesa de eliminar la política actual hacia los homosexuales en las Fuerzas Armadas. Esta política, conocida como "don't ask, don't tell" ("Tú no preguntas y yo no te cuento") permite que los homosexuales puedan servir en las Fuerzas Armadas siempre y cuando no revelen su orientación sexual.

Pese a las promesas de Obama de acabar con esta política, hasta ahora no ha dado ningún paso visible para poner fin a esta ley, implantada durante la Administración de Bill Clinton (1993-2001) y el sábado tampoco dio ninguna fecha para su revocación.

Tampoco habló de fechas cuando prometió derogar la ley de Defensa del Matrimonio, que discrimina a los homosexuales en cuanto al reconocimiento de sus bodas y uniones y derechos para las parejas.