Barack Obama se convirtió ayer en el tercer presidente de Estados Unidos que en el ejercicio del cargo recibe el Premio Nobel de la Paz. En una de las decisiones más sorprendentes de los últimos años, el Comité Nobel Noruego otorgó a Obama la distinción por su "visión de un mundo sin armas nucleares" y su defensa de la "diplomacia multilatera". El galardonado recibió el premio, que confesó no merecer, como "un estímulo para afrontar los retos del siglo XXI".

En su motivación del premio, el comité destacó que la llegada de Obama a la Casa Blanca ha creado un "nuevo clima" en la política internacional en el que la diplomacia multilateral ha reconquistado un rol central, enfatizando el papel de la ONU y otras instituciones, algo que el comité valoró especialmente.

El nuevo secretario del comité, el ex primer ministro Thorbjírn Jagland, incidió en que la defensa de las instituciones internacionales para resolver conflictos de forma pacífica ha sido decisiva a lo largo de la historia del premio.

Al otorgarlo este año al "visionario" Obama, el comité envía una "señal clara" al mundo, explicó Jagland en la rueda de prensa posterior al anuncio del inesperado ganador. "Durante 108 años el Comité Nobel Noruego ha buscado estimular precisamente esa política internacional y esas actitudes de las que Obama es ahora el nuevo portavoz mundial", destaca el fallo.

Se sabía que Obama figuraba entre los 205 candidatos al premio, pero apenas se le había mencionado, especialmente porque sólo lleva diez meses en el cargo. Frente a él había candidatos de años de reconocida trayectoria, como el disidente chino Hu Jia o el primer ministro de Zimbabue, Morgan Tsvangirai.

Sin embargo, Jagland rechazó cualquier crítica al recordar que el comité ha premiado antes a personas que han iniciado procesos políticos a nivel mundial, y citó como ejemplos al ex canciller alemán Willy Brandt y al ex presidente soviético Mijail Gorbachov, galardonados en 1971 y 1990. Lo que obvió Jagland fue que en sus dos años en el poder antes de recibir el Nobel, Brandt había consolidado la "Ostpolitik" y que Gorbachov impulsó en 1985 la "perestroika" y la "glásnost".

Jagland también pasó por alto la presencia activa de EE UU en la guerra de Afganistán, que contrasta con la voluntad de Alfred Nobel de distinguir a los promotores de la paz. "Espero que el premio ayude a resolver la situación en Afganistán", dijo, por toda respuesta.

Obama es el tercer presidente en activo que gana el premio, tras Theodore Roosevelt (1906) y Woodrow Wilson (1919). En los últimos años, otros dos estadounidenses han sido reconocidos por Oslo: el ex presidente Jimmy Carter en 2002 y el ex vicepresidente Al Gore en 2007.

Al salir ayer a la Rosaleda de la Casa Blanca para agradecer el premio, Obama se declaró "sorprendido y honrado". El mandatario aseguró que lo acepta como "un llamamiento a la acción" para resolver los problemas mundiales, entre los que enumeró el cambio climático y el conflicto de Oriente Medio.

No percibe el galardón, añadió, como "un reconocimiento" a sus propios logros, sino a las metas que se ha propuesto conseguir. Justo lo contrario de lo que dijo Jagland, para quien Obama es merecedor del premio por lo que ya "ha hecho", no "por lo que pueda ocurrir".

Pero, parael líder de los republicanos, Michael Steele, la concesión del premio sólo puede atribuirse al estatus de "estrella" de Obama, no a sus logros «reales».

En una nota más personal, el presidente reveló que ayer por la mañana su hija Sasha, de 8 años, le comunicó: "Papá, has ganado el premio Nobel de la Paz, y es el cumpleaños de Bo", el perro de la familia presidencial. Su otra hija, Malia, de 11 años, le recordó que el lunes es fiesta. "No hay nada como tener hijos para conservar la perspectiva de las cosas", ironizó Obama.

En EE UU, la noticia cogió por sorpresa a todos. Y durmiendo. El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, bombardeado por los corresponsales que buscaban una reacción desde la madrugada, reaccionó con un escueto "Guauuu". Casi dos horas después de conocerse la noticia en Oslo, la Casa Blanca seguía sin hacer pública ninguna reacción oficial. Eran las cinco de la mañana.

Israel y la Autoridad Nacional lo celebran pero Hamás lo critica

Numerosos organismos internacionales felicitaron al presidente Obama. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, asegura que es un "honor bien merecido" y el presidente de Francia, Nicoles Sarkozy, confía en que refuerce la "determinación" de Estados Unidos en su defensa del diálogo. En el lado contrario, las voces más críticas, los talibanes y Hamás, que lamentaron la concesión del galardón, que consideran una "recompensa" anticipada. Hamás rechazó la concesión del galardón e Israel y la Autoridad Palestina confían en que ayude a alcanzar la paz. Amnistía Internacional felicitó también al presidente estadounidense, pero le advirtió de que aún "queda mucho por hacer" para mejorar la situación de los Derechos Humanos y el estado de derecho en el mundo.

Zapatero ve un estímulo y respaldo a la conquista de la paz

En el lado de los elogios, se situó el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien afirmó que esta decisión puede servir de "estímulo" y "respaldo" a sus intentos de conquistar la paz en distintas regiones del mundo, como en Oriente Próximo. Así, Zapatero destacó que Obama y su Administración entienden las relaciones internacionales con una "oferta permanente de diálogo y entendimiento a culturas, pueblos, nacionales y banderas". Por su parte, Mariano Rajoy, líder del PP, envió un telegrama de felicitación al presidente estadounidense en el que le asegura que el premio constituye un "justo y merecido reconocimiento a su extraordinaria contribución a la búsqueda de la paz en el mundo". Sin embargo, el portavoz de Exteriores del PP, Gustavo de Arístegui, consideró "un tanto prematuro" el galardón.