Al menos ocho soldados del Ejército de Estados Unidos y otros dos de las fuerzas armadas afganas murieron el sábado como consecuencia de dos ataques perpetrados por milicias tribales en una zona remota de la provincia de Nuristan, en el este de Afganistán, indicó un alto cargo del Ejército norteamericano, el coronel Randy George.

Según informó la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), grupos insurgentes atacaron dos puestos de avanzada de las fuerzas lideradas por la OTAN, uno situado junto a una mezquita local y el otro en las afueras de una aldea, en el atentado más sangriento contra las tropas norteamericanas en lo que va de año. Las tropas de la ISAF intercambiaron disparos durante varias horas con los milicianos. El Ejército estadounidense ya había anunciado que iba a abandonar la zona, cercana a la frontera de Pakistán, como parte de la nueva estrategia diseñada por el general Stanley McChrystal, quien ha optado por fortalecer la presencia militar en núcleos de población con mayor densidad demográfica.