Las instituciones europeas han mostrado su satisfacción y alivio por el apoyo de los irlandeses al Tratado de Lisboa en un segundo referendo, y dirigen su presión sobre el euroescéptico presidente checo, Vaclav Klaus, para que permita la entrada en vigor del texto que aspira a reformar la Unión Europea.

"Somos una comunidad, una unión, no sólo uno o dos países, sino veintisiete países, además de las instituciones europeas, y hay un principio de buena fe en nuestro comportamiento", ha advertido Barroso en rueda de prensa después de que el Gobierno irlandés anunciara la victoria del "sí".

En opinión del jefe del Ejecutivo comunitario, la ratificación final del Tratado es "una cuestión de respeto con las instituciones".

Barroso ha expresado que, "ahora que todos los estados miembros han aprobado democráticamente el Tratado", espera que se completen "lo antes posible" los procedimientos necesarios en Polonia y la República Checa para que pueda entrar en vigor.

Tras el refrendo popular, Irlanda podría tener completada la ratificación del nuevo tratado en un par de semanas, lo que eleva a 25, de un total de 27, el número de estados que habrán finalizado los trámites antes de la cumbre de jefes de Estado o gobierno europeos prevista para finales de octubre en Bruselas.

Por lo que respecta al estado número 26, Polonia, el presidente de turno de la UE, el primer ministro sueco Fredrik Reinfeldt, recordó hoy que su presidente, Lech Kaczynski, se ha comprometido a terminar la ratificación de su país en breve, una vez conocido el resultado positivo del referéndum en Irlanda.

En cuanto al estado vigésimo séptimo, la República Checa, el primer ministro sueco confió en que la respuesta del Tribunal Constitucional checo pueda conocerse en "dos o tres semanas".