Un "súper tifón", según los meteorólogos, gana cada vez más fuerza y se aproxima a la costa este de Filipinas menos de una semana después del azote de la tormenta tropical que convirtió en una piscina la capital y provocó casi 300 muertes.

A las 10.00 hora local (02.00 GMT), "Parma" se halla a menos de 600 kilómetros al oeste de la isla de Samar en el extremo oriental del archipiélago, informó hoy el último parte de la Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos (Pagasa).

El tifón avanza imparable hacia Filipinas a una velocidad de 24 kilómetros por hora, con vientos huracanados de 175 kilómetros por hora y rachas superiores a los 210.

"Hay muchas posibilidades de que se convierta en un súper tifón, que tocará tierra el sábado por la tarde", aseguró Nathaniel Cruz, meteorólogo de Pagasa.

La ruta noroeste que sigue "Parma" hará que llegue a Filipinas por la punta más septentrional de Luzón, aunque provocará lluvias torrenciales por toda la isla y la región central de las Visayas.

Pero en estos momentos, las zonas más vulnerables son Manila y las 25 provincias todavía bajo estado de catástrofe por "Ketsana", donde los centros de refugiados no dan abasto para acoger a los casi 750.000 desplazados por la tormenta tropical más grave en 42 años.

Las autoridades temen que más lluvias puedan reventar el ya desbordado sistema de desagües de la capital, tan vetusto que resulta deficiente incluso en época seca, y cuando muchas calles siguen inundadas incluso cinco días después del temporal.

El pasado sábado, "Ketsana" arrojó una cantidad de lluvia muy superior a la media mensual en esta época del año, batiendo el anterior récord de 1967, e inundó el 80 por ciento de Manila.