Cien días después de su llegada a la Casa Blanca el diagnóstico es unánime: Obama vuela alto y sigue intacto. El mulato que pasará a la Historia como el primer presidente negro de EE UU gobierna a velocidad de vértigo. Ningún inquilino de la Casa Blanca ha desplegado una actividad tan intensa en tan poco tiempo. Al menos desde que, en 1933, otro demócrata, Franklin D. Roosevelt, tomó las riendas de la lucha contra la otra gran crisis que ha conocido el planeta en los últimos cien años, la de 1929.

El Obama presidente cumple y supera todas las expectativas abiertas por el Obama candidato. Sigue siendo un sereno huracán que se comporta como un genio mediático. Al igual que Kennedy, ha sabido rodearse de un equipo brillante y disciplinado. Como Reagan, transmite confianza, al menos a dos tercios de sus conciudadanos y a buena parte de la comunidad internacional. Obama irradia una capacidad de liderazgo basada en la firmeza, la inteligencia, la solidez de convicciones, la inclinación al diálogo y la eficacia.

Por tener, Obama tiene hasta una mujer acariciada por los focos, dos niñitas de aspecto adorable y, desde hace una semana, un perro que completa esa imagen de familia feliz tan apreciada en un país de pioneros como EE UU. Camelot ha vuelto.

No es de extrañar que el enemigo esté desmoralizado. Los republicanos ven como día a día Obama entierra las políticas impuestas por el equipo ultra que, encabezado por Cheney, dirigía los pasos de Bush. Guantánamo, tortura, masiva intervención pública en la economía, regulación financiera, sanidad para cuatro millones de niños pobres, aborto, defensa de la igualdad de género, células madre, políticas verdes, multilateralismo, diálogo con el “eje del mal”, conciliación con el islam son algunas de las piedras miliares que jalonan los funerales del neoconservadurismo. En paralelo, el antiamericanismo baja enteros en el mundo y los estadounidenses se van liberando del pesimismo que les acogotaba en la agonía de Bush.

Deudas con el fisco

Toda esta agenda ha sido ejecutada con un margen mínimo de errores que, en rigor, se limitan a haber tenido que prescindir de algunos colaboradores poco inclinados a satisfacer a tiempo sus deudas con el fisco. De todos ellos, sólo uno era en verdad importante: Tom Daschle, candidato a pilotar la peliaguda reforma sanitaria. En pleno brote de gripe porcina, la cartera de Salud sigue vacante, ya que los republicanos bloquean la confirmación del recambio de Daschle, la proabortista Katherine Sebelius.

La cuestión es que, al menos hasta las legislativas de 2010, los republicanos no son el enemigo: están en minoría en las dos cámaras, aunque tienen capacidad de bloquear iniciativas en el Senado. El enemigo es la crisis planetaria y doblegarla será la tarea del héroe. Hasta ahora es la crisis de Bush, pero pronto puede ser la de Obama. “Si fallo, no habrá un segundo mandato”, reconoció el presidente semanas atrás.

Según las previsiones del FMI, EE UU llegará a finales de este año con una contracción del PIB del 4 por ciento y un paro que rondará la temida cifra del 10 por ciento. Para invertir estos números rojos Obama tiene dos instrumentos: el masivo plan de relanzamiento económico, calificado de “socialista” y clientelista por los republicanos, y el no menos pantagruélico plan de rescate financiero, muy criticado por la izquierda demócrata, que lo ve como un regalo a unas instituciones financieras que ya se han tragado cientos de miles de millones de ayudas públicas sin resultados aparentes.

Los 787.000 millones de dólares del plan de relanzamiento pretenden crear o salvar unos cuatro millones de empleos –iniciando de paso la “transformación verde” de la estructura productiva– y paliar los efectos de la crisis sobre quienes ya están en paro. El riesgo es que buena parte de su ejecución recae sobre los Estados, cuyas burocracias están demostrando altas dosis de ineficacia. Nadie espera resultados antes de 18 meses.

Activos tóxicos

El billón de dólares –que pueden llegar a ser dos– del plan de rescate se dirige a eliminar de los balances de los bancos los activos tóxicos que desencadenaron la crisis para, recobrada la normalidad, restablecer los flujos crediticios necesarios para que despegue la economía. Aquí el problema es doble. Por un lado, los bancos se retraen por miedo a que la subasta de activos se salde a la baja, dañando sus balances y su posición de mercado. Por otro, las críticas de connivencia con los financieros arrecian contra el secretario del Tesoro, debilitando el flanco más importante del equipo de Obama.

Por si acaso, Obama, que arrancó su carrera hacia la presidencia con un programa de reformas –por entonces la crisis sólo era un nubarrón–, no ha perdido el tiempo y ha presentado un presupuesto de 3,5 billones de dólares para el próximo año fiscal. Al igual que el plan de relanzamiento, el presupuesto destina importantes partidas a sanidad, educación e infraestructuras, además de sentar las bases de la economía verde que debería sustentar el próximo ciclo de crecimiento de EE UU.

Las compañías gasíferas deberán respetar el hábitat del oso polar

El Gobierno de Estados Unidos anunció el martes que revocará una orden emitida bajo el mandato del ex presidente George W. Bush, que permite el desarrollo de compañías gasíferas y petroleras en el hábitat del oso polar sin someterlas a estudios especiales. Mientras que la industria energética de Alaska indicó que la maniobra podría retrasar las actividades de exploración y producción en el estado, los grupos ecologistas aplaudieron la decisión como “un importante paso” para proteger a especies amenazadas. Por su parte, el secretario del Interior, Ken Salazar, y el secretario de Comercio, Gary Locke, afirmaron que revocaron la regulación de especies en peligro publicada en diciembre bajo el mandato del entonces presidente George W. Bush.

Las autoridades liberarán a 30 prisioneros de Guantánamo

El fiscal general de Estados Unidos, Eric Holder, dijo ayer que las autoridades estadounidenses han identificado a 30 prisioneros de la prisión militar de Guantánamo que pueden ser liberados y que en cuestión de semanas solicitarán a los aliados que acojan a los presos. “Esperamos ponernos en contacto con países concretos sobre individuos concretos relativamente pronto”, declaró Holder ante los periodistas durante una visita a Berlín, la tercera parada en su gira europea que le ha llevado a Londres y a Praga. Holder precisó que los contactos se producirán “en cuestión de semanas en vez de meses”. El presidente Barcak Obama ha ordenado el cierre de la polémica prisión en el plazo de un año.