El "Informe por Países sobre Terrorismo", un documento anual del Departamento de Estado, indica que el Gobierno y los ciudadanos españoles se encuentran preocupados porque el país siga siendo "un objetivo principal del terrorismo interno y el extremismo islámico".

El año 2008 fue el más mortífero por parte de la organización terrorista ETA desde 2004, al asesinar a cuatro personas en diferentes atentados.

Sin embargo, matiza el informe, "la intensificada cooperación de España con el Gobierno francés puso una presión considerable contra ETA", y dio como resultado, entre otras cosas, la captura de 158 supuestos miembros de la banda terrorista, 33 de ellos en el país vecino.

En el terreno del terrorismo islámico, indica el documento, España "ha seguido atajando de manera decisiva" los contactos terroristas y quienes se encargan del reclutamiento para esas organizaciones.

A lo largo de 2008 se detuvieron a 65 sospechosos de terrorismo islámico, supuestos simpatizantes de grupos como Al Qaeda, Al Qaeda en el Magreb (AQIM) o el Grupo de Combate Islámico Marroquí (GCIM).

El Gobierno español, apunta el Departamento de Estado, se ha esforzado en impedir a los terroristas el acceso a las instituciones financieras nacionales.

Sin embargo, recuerda que España no ha congelado los activos o ha designado como terrorista a Imad Eddin Barakat Yarkas, líder convicto y encarcelado de una célula vinculada a Al Qaeda con base en Madrid que fue detenido poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU.