"El 'Gran París' es la Francia de después de la crisis", dijo el presidente en un discurso en la Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio, en el que esbozó las grandes líneas de una iniciativa que convertirá a París en una "imagen de marca" y referencia en todo el mundo.

Un "supermetro" automático de 130 kilómetros de longitud con un "diseño, ergonomía y tecnología ejemplares", más espacios verdes, y la eliminación de la periferia como tal son sólo algunas de las ideas de la gran metrópoli que pretende crear el presidente.

Su objetivo es hacerlo en un plazo de 10 años y comenzar los trabajos en 2012, para lo que se ha comprometido a presentar el próximo octubre un proyecto legislativo que regulará la financiación y las modalidades del futuro sistema de transportes.

Sólo las infraestructuras de transportes tendrán un coste estimado de 35.000 millones de euros pero, según el presidente, esa cantidad se verá más que compensada con la revalorización que generará el nuevo sistema y con los inversores y empresarios que se verán atraídos por la mejora de la calidad de vida en la ciudad.

Las ambiciosas reformas de infraestructuras se completan con la creación de unas 70.000 nuevas viviendas cada año, lo que podría generar 1 millón de nuevos puestos de trabajo, según los cálculos del Elíseo.

El principal objetivo es que los ciudadanos estén orgullosos de dónde viven, que no vean como "un auténtico infierno" el desplazarse a trabajar y que se puedan trasladar a cualquier punto de la ciudad en no más de media hora.

La ciudad que se imagina Sarkozy no es la que se concentra en el interior de la circunvalación que hoy en día rodea lo que se considera el centro de París, lo que se conoce como el París "intramuros", sino que es una ciudad sin ninguna barrera o separación física.

El Gran París será una realidad cuando el destino de cada uno no esté determinado por el barrio en el que viva, según Sarkozy, quien precisó que es un proyecto para toda la región parisina y para todo el país.

Y sólo será realidad, añadió, si las distintas autoridades, -alcaldes, responsables regionales y estatales-, se ponen de acuerdo para su puesta en marcha.

Algunas de las propuestas que ha explicado el presidente están incluidas en los proyectos que han elaborado varios equipos internacionales de arquitectos a los que él mismo pidió que diseñaran la metrópoli del futuro.

Las maquetas con sus respectivos trabajos componen una exposición que el público podrá visitar hasta el próximo 22 de noviembre en la sede de la Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio de París.

Son el París que proponen diez prestigiosos equipos de arquitectos, seis de ellos franceses: Jean Nouvel, Antoine Grumbach, Yves Lion, Christian de Portzamparc, Roland Castro y Djamel Kouche.

Los cuatro restantes son de distintos países europeos: el alemán Fin Geipel, el británico Richard Rogers, los italianos Bernardo Secchi y Paola Vigano, y los holandeses de MVRDV, Winy Maas, Jacob Van Rijs y Nathalie de Vries.

Nouvel, por ejemplo, defiende el proyecto "Nacimientos y renacimientos de mil y una felicidades parisinas", en el que propone la creación de "eco ciudades" donde combinar la alta tecnología del desarrollo duradero con elementos vegetales.

Grumbachm propone dar a París el puerto marítimo del que carece, enlazando la ciudad con el mar gracias al Sena, como eje que tendría su otro extremo en Le Havre (noroeste).

Richard Rogers, uno de los autores del Centro Pompidou de París, sugiere crear un París metropolitano "policéntrico", con una idea de ciudad responsable con el medio ambiente.

E Yves Lion, del grupo Descartes, plantea crear "20 ciudades sostenibles", cada una con unos 500.000 habitantes, para recrear un sentimiento de pertenencia a un territorio.

Son distintas miradas sobre el futuro de París que se complementan, según Sarkozy, quien citó como referencia el objetivo de uno de esos equipos, el de "hacer de lo extraordinario lo ordinario".