Según la fuente, la liberación se produjo tras una serie de negociaciones llevadas a cabo con la mediación de los ancianos de un clan del distrito de Radbure, en la región de Bakol, próxima a la frontera con Kenia.

Fuentes de los mediadores, que confirmaron la liberación de los dos extranjeros, dijeron a la emisora que no se ha pagado ningún rescate al grupo que los tenía secuestrados, que pedía cuatro millones de dólares por ponerlos en libertad.

Los dos empleados extranjeros de MSF fueron secuestrados cuando se dirigían desde el distrito de Radbure hacia Hudur, la capital provincial de Bakol, por un grupo de hombres armados sin identificar, que se los llevaron con ellos.

Los trabajadores humanitarios y periodistas, tanto nacionales como extranjeros, se han convertido en objetivo de bandas armadas, que pretenden cobrar fuertes rescates por su liberación, y también de milicias que se oponen a su trabajo en el país, donde gran parte de la población vive en la pobreza y precisa de ayuda humanitaria.

Somalia vive una situación de anarquía desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Siad Barre y tomaron el poder "señores de la guerra", al frente de grupos armados privados, que se disputan el control del territorio con milicias armadas integristas islámicas.