El ministro de Asuntos Exteriores, David Miliband, anunció en una declaración escrita al Parlamento el inicio de una consulta con el sector para promover la aceptación de ese código de conducta, cuyo fin es fomentar estándares éticos y humanitarios superiores.

Sin embargo, la falta de obligatoriedad en la aplicación del código fue recibida con indignación por diputados y organizaciones no gubernamentales como "War on Want", que habían hecho campaña para legislar, e incluso prohibir el uso en guerras, de lo que consideran fuerzas de "mercenarios".

Al igual que Estados Unidos, el Reino Unido utiliza actualmente al menos cinco compañías privadas de seguridad y paramilitares en sus campañas en Irak y Afganistán.

En total, hay en el Reino Unido 28 empresas que ofrecen sus servicios de protección para conflictos armados, con una facturación de 1.000 millones de libras al año (1.106 millones de euros), frente a una facturación mundial de la industria de 20.000 millones (más de 22.000 millones de euros).

Miliband aseguró hoy que su Gobierno sólo trabajará con aquellas empresas que garanticen el cumplimiento y la promoción de un código ético que elaborarán conjuntamente el Ejecutivo y los representantes del sector, que a su vez se encargarán de velar por su aplicación.

"Creemos que las compañías de seguridad verán que comercialmente les interesa adherirse al código, que será sancionado y supervisado por el Gobierno", afirmó.

"War on Want" criticó en un comunicado que el ministro hubiera alabado el papel "positivo y legítimo" de estas empresas en zonas de conflicto, pese a que hay numerosas pruebas y causas abiertas por los abusos de los derechos humanos que han cometido.

Según la ONG, la autorregulación "dejará a los civiles en Irak y Afganistán desprotegidos" ante posibles excesos de esos guardas a sueldo.

La organización recuerda que hace 18 meses dos civiles iraquíes fueron heridos por mercenarios de la firma británica Erinys, que dispararon contra un taxi cerca de Kirkuk, mientras en el 2007 la estadounidense Blackwater -ahora llamada Xe- mató a 17 civiles en Bagdad.