En el comunicado final, la conferencia de donantes para Pakistán explicó que los más de 5.000 millones de dólares se destinarán a ofrecer "apoyo adicional" a las redes de seguridad social, de desarrollo humano y para gastos contra la pobreza, con el fin de contribuir a la estabilidad del país.

De esos fondos, la mayor cantidad corresponde a Japón y Estados Unidos, con 1.000 millones de dólares cada uno, que se desembolsarán en los próximos dos años.

Además, la Unión Europea (UE) comprometió 640 millones de dólares (485 millones de euros) hasta 2013, para programas de educación, desarrollo rural y energía renovable, mientras Arabia Saudí ofreció 700 millones de dólares para los próximos dos años.

Los donantes "reafirmaron su compromiso a favor de programas ya existentes" que superan los 15.000 millones de dólares para iniciativas de desarrollo en marcha y a medio plazo.

La conferencia de donantes ha querido enviar "un fuerte apoyo internacional al gobierno de Pakistán" y su "estrategia de desarrollo" aunque a la vez expresó "su preocupación sobre la situación de seguridad en Pakistán y el impacto en el desarrollo, el clima inversor y el crecimiento.

Japón y el Banco Mundial impulsaron esta conferencia de donantes con el fin de lograr fondos para Pakistán a cambio de que se comprometa a transparencia en su Gobierno, continuar con las reformas económicas y luchar contra el extremismo y radicalismo.

En el encuentro participaron representantes de 31 países y 18 organismos y agencias internacionales, entre ellos el enviado estadounidense para Pakistán y Afganistán, Richard Holbrooke, la comisaria de Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, y su colega iraní, Manouchehr Mottaki.

Al inicio de la conferencia, el presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, había reclamado apoyo a los donantes y se comprometió a "luchar el tremendo reto" que supone el extremismo en la frontera con Afganistán.