La policía francesa detuvo ayer y envió posteriormente a prisión a una pareja acusada de maltratar a sus ocho hijos a los que apenas alimentaban porque, según la versión del padre, la delgadez es un signo de purificación.

El caso, que ayer destaparon los medios de comunicación franceses, se descubrió gracias a uno de los hijos que se escapó del hogar familiar situado en la localidad de Banyuls, muy cerca de Perpigñán (sureste), y fue encontrado por los gendarmes en condiciones que calificaron de lamentables.

El joven, de 16 años de edad, una estatura de 1,65 metros y un peso de tan sólo 32 kilos, iba descalzo, con la cara totalmente ensangrentada y estaba rebuscando en la basura cuando le localizaron los vecinos y alertaron a los agentes, tal como relató a la emisora France Info el fiscal de Perpiñán Jean-Pierre Dréno.

La gendarmería decidió entonces abrir una investigación y visitar el domicilio de los padres, que fueron detenidos y posteriormente encarcelados acusados de maltrato a menores y de privar a sus hijos de los cuidados y la alimentación necesarios.

Según la fiscalía, el padre, de confesión musulmana, es un “iluminado” que habitualmente infringía castigos corporales a sus ocho hijos, de entre 7 y 17 años, tres de los cuales han tenido que ser hospitalizados a causa de una malnutrición grave.

Justificaba su actuación argumentando que la delgadez es un signo de éxito y de purificación del espíritu.

Los investigadores descubrieron que la vivienda familiar apenas tenía mobiliario alguno y, en lugar de camas, contaba con mantas tiradas por el suelo, donde dormían los menores.