Rusia puso fin esta medianoche al estricto régimen especial de seguridad que imperaba en Chechenia desde hacía casi diez años, según informaron hoy fuentes del Comité Nacional Antiterrorista (CNA), citadas por la agencia de noticias RIA Novosti. La decisión, propuesta a finales de marzo por el presidente del país, Dimitri Medvedev, supone la retirada de 20.000 soldados del Ministerio del Interior y el levantamiento de las fuertes restricciones que afectaban a la vida cotidiana de los chechenos.

El llamado régimen de operación antiterrorista fue levantado esta pasada medianoche (diez de la noche de ayer en España) por el presidente del CNA y director del Servicio Federal de Seguridad (FSB), Alexander Bortnikov. Esta decisión contribuirá a "la ulterior normalización" en Chechenia, "la recuperación de esta república y el desarrollo de su sector económico y social", afirmó el CNA en un comunicado.

La lucha contra el terrorismo en Chechenia, según el comunicado, se llevará a cabo en consonancia con las normas que se aplican en las demás regiones del país. Por ello, el Ministerio federal del Interior va a retirar de Chechenia un contingente provisional de casi 20.000 efectivos actualmente destinados en esta república del Norte del Cáucaso.

Asimismo, se levantarán numerosas restricciones de carácter legal y socioeconómico que obstruyen la vida cotidiana de cuantos viven en Chechenia, según el comunicado. El régimen de operación antiterrorista imponía toda una seria de restricciones, como cortes de carreteras, toques de queda, registros periódicos y normas de detención más relajadas.

El presidente ruso, Dmitri Medvedev, había exigido a finales de marzo al FSB que estudiara la posibilidad de levantar el régimen especial de seguridad. Por su parte, el presidente de la Cámara baja del Parlamento ruso, Boris Grizlov, señaló hoy que esta decisión "constata la mejora de la situación" y supone el final del largo periodo de restablecimiento del orden constitucional en Chechenia.

Los medios de comunicación habían dado por sentado que este acontecimiento se produciría hoy, dada la relativa tranquilidad reinante actualmente en Chechenia, pese a que, según fuentes de seguridad rusas, los rebeldes secesionistas continúan activos y siguen perpetrando atentados en algunas zonas del país en las que tanto las guerrillas como los clanes siguen siendo hegemónicos. Con todo, la capital de la república, Grozni, que sufrió grandes desperfectos durante la guerra, ha sido reconstruida en buena parte.

Algunos de los avances han sido posibles, en parte, a la política de mano dura del actual presidente checheno, Ramsan Kadirov, un hombre acusado de homicidios, torturas y secuestros que cuenta con numerosos apoyos entre la población, especialmente la musulmana, ante la que se ha permitido gestos como recomendar que todos los niños nacidos en las fechas del natalicio del Profeta se llamen Mohamed o justificar los asesinatos de mujeres "por delitos de honor" con el argumento de que "ellas se lo han buscado".

No obstante, los principales apoyos de Kadirov proceden del Kremlin, que durante estos diez años ha podido imponer una nueva Constitución (tras un referéndum celebrado en 2003 sin las garantías mínimas necesarias, según los observadores internacionales, en el que el 'sí' alcanzó el 96 por ciento de los votos) y una autonomía controlada. Ramsan Kadirov, hijo del ex líder guerrillero y ex presidente checheno Ajmat Kadirov (muerto en un atentado en Grozni en mayo de 2004), fue designado hace dos años para el cargo por el entonces presidente ruso y actual primer ministro, Vladimir Putin.

Las dos guerras de Chechenia

El régimen de operación antiterrorista había sido impuesto en el otoño de 1999, después de que varios grupos de la guerrilla separatista chechena lanzaran varios ataques contra el territorio de la vecina república de Daguestán. Como respuesta, el Kremlin ordenó la creación de un grupo unificado de tropas para el Norte del Cáucaso y el envío de alrededor de 30.000 soldados para recuperar el control sobre Chechenia.

La república caucásica había declarado su independencia 'de facto' en 1996, después de que las tropas rusas se vieran obligadas a aceptar un alto el fuego tras dos años de combates con los secesionistas. En 2000 se consolidó la segunda conquista militar de la república, que se enfrentó a una fuerte resistencia armada de los independentistas. Se calcula que, entre 1994 y 2003, murieron alrededor de 150.000 personas a causa de las dos guerras entre los secesionistas y el Ejército federal.

El conflicto de estos últimos diez años se caracterizó por gravísimas violaciones de Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario. Por una parte, los rebeldes independentista perpetraron importantes atentados terroristas fuera de territorio checheno, entre los que destacaron la toma de rehenes en el teatro Dubrovka de Moscú en 2002 y el asalto y toma de rehenes en un colegio de la ciudad de Beslán, en Osetia del Norte, en 2004.

Por otra parte, Moscú llevó a cabo una política de "tierra quemada" que generó un grado de destrucción y de muertos sin parangón en todo el planeta, tal como denunciaron la periodista rusa Anna Politkovskaya, reconocida por su oposición al conflicto checheno y al presidente Putin y asesinada en octubre de 2006, y Amnistía Internacional, que recientemente volvió a advertir de que en Chechenia se siguen cometiendo graves violaciones de Derechos Humanos "que desmienten las afirmaciones de las autoridades rusas de que la situación está 'normalizada'" y aseguró que las fuerzas de seguridad gozan de "casi total impunidad" pese a haber cometido ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, torturas, abusos sexuales y desapariciones forzadas.

Aparte del Gobierno prorruso de Kadirov, en Chechenia existe un Ejecutivo paralelo independentista que no ha sido reconocido por ningún país y que ha estado presidido, entre 1997, por el histórico Aslán Masjadov (hasta su fallecimiento en 2005 durante una operación de captura del FSB), por Sheikh Abdul Halim (muerto en combate en 2006) y, actualmente, por Doku Umárov.