El presidente de EEUU, Barack Obama, ordenó ayer el levantamiento de las restricciones de viajes y envíos de remesas a Cuba, una decisión que toma en vísperas de su primer viaje a América Latina y su participación en la V Cumbre de las Américas. Obama dio órdenes al Departamento de Estado, del Tesoro y de Comercio para que se ponga en marcha lo antes posible el levantamiento de estas restricciones. La iniciativa incluye también medidas para facilitar las comunicaciones con la isla y un llamamiento al gobierno castrista para que no interfiera en los envíos.

A partir de ahora, las personas que lo deseen podrán enviar a la isla remesas y paquetes de ayuda humanitaria, que podrán contener un listado mayor de mercancías que hasta ahora.

Así, por ejemplo, se levanta la prohibición de enviar en esos paquetes productos como ropa, semillas para la siembra o artilugios para la pesca. Los envíos podrán dirigirse a cualquier ciudadano de la isla, con la excepción de funcionarios del régimen, que no podrán beneficiarse de estas medidas.

Asimismo, las visitas carecerán de límite temporal o de frecuencia, explicó el alto funcionario. Cerca de 1,5 millones de ciudadanos estadounidenses tienen familiares en Cuba.

Un tercer aspecto de la iniciativa prevé aumentar las comunicaciones hacia la isla y aumentar las negociaciones para buscar y poner en marcha servicios de telefonía y comunicaciones destinados a Cuba. Así, por ejemplo, personas que lo deseen podrán pagar desde el exterior los teléfonos móviles de residentes cubanos.

El levantamiento de las restricciones se combina con un “llamamiento claro” del Gobierno de Obama para que el régimen cubano deje de interferir en los envíos y la vida de sus ciudadanos.

Las nuevas medidas, explicó un alto funcionario del Gobierno norteamericano, buscan “ayudar a abrir un espacio en la isla en la búsqueda de la gente de libertad política”, al hacer a la población “menos dependiente del Gobierno”.

Las medidas del presidente, cuyo anuncio era ampliamente esperado en EEUU, se producen tres días antes de que Obama emprenda su primer viaje presidencial a América Latina.

El exilio cubano, dividido

Varios grupos del exilio cubano en Miami manifestaron ayer opiniones encontradas sobre la orden del presidente Obama de levantar las restricciones a los viajes y al envío de remesas a la isla. “Es un paso significativo en esta nueva dirección de la política de EEUU respecto de Cuba, un paso que habíamos recomendado” dar a Obama, dijo Francisco “Pepe” Hernández, presidente de la influyente Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA). No obstante, Hernández se mostró escéptico con respecto a la posibilidad de que la medida propicie un cambio en la política del régimen comunista

La decisión de Obama “manifiesta una debilidad tremenda, es una concesión que ofrece sin que Cuba tenga que hacer ningún cambio”, señaló, por su parte, Ninoska Pérez, presidenta del Consejo por la Libertad de Cuba. “Cuba se va aprovechar de esta debilidad de Obama”, insistió.

Ramón Saúl Sánchez, director del Movimiento Democracia, aplaudió la disposición de Obama. “Es un paso importante para reivindicar los derechos de los cubanos que durante medio siglo han sido violados por el régimen de Cuba, y que a partir de 2004 fueron lesionados por estas restricciones”, expresó Saúl Sánchez.

Por su parte, Tomás Rodríguez, presidente de Agenda Cuba, dijo que “es un paso de acercamiento entre los hermanos de aquí (EEUU) y los hermanos de allá (Cuba)”, un paso que, en su opinión, “puede ayudar a un cambio político, económico y social” en la isla.