El ex presidente Fidel Castro aseguró hoy que "Cuba ha resistido y resistirá", y que "no extenderá jamás sus manos pidiendo limosna", horas después de que el mandatario estadounidense, Barack Obama, anunciara medidas para eliminar las restricciones para viajar y enviar remesas a la isla. Cuba "seguirá adelante con la frente en alto, cooperando con los pueblos hermanos de América Latina y el Caribe, haya o no Cumbres de las Américas, presida o no Obama los Estados Unidos, un hombre o una mujer, un ciudadano blanco o un ciudadano negro", dice Castro en un artículo divulgado hoy por medios oficiales.

El líder cubano de 82 años, aún primer secretario del gobernante Partido Comunista, dice también que "ahora solo falta que Obama persuada allí (en la cumbre del próximo fin de semana en Trinidad y Tobago) a todos los presidentes latinoamericanos (de) que el bloqueo es inofensivo". Fidel Castro asegura en su columna de "Reflexiones", titulada "Del bloqueo no se dijo una palabra", que "Cuba no aplaude las mal llamadas Cumbres de las Américas, donde nuestros países no discuten en igualdad de condiciones". "Si de algo sirvieran -agrega-, sería para hacer análisis críticos de políticas que dividen nuestros pueblos, saquean nuestros recursos y obstaculizan nuestro desarrollo".

El artículo registra el anuncio que hizo hoy el Gobierno de Obama, citando lo que dijo en Washington en una rueda de prensa el asesor presidencial para América Latina, Dan Restrepo, y detalla que este, al terminar, "confesó con franqueza: 'Todo se hace por la libertad de Cuba'".

También revela que antes, en la tarde del lunes, "el jefe de la Oficina de Intereses de Cuba en Washington, Jorge Bolaños, fue citado por el subsecretario de Estado, Tomas Shannon", pero que no le dijo nada nuevo respecto a la política norteamericana.

Cita antes Castro que "el Gobierno de Estados Unidos anunció" que esta semana Obama aliviaría "algunas odiosas restricciones impuestas por (el anterior presidente, George W.) Bush a los cubanos residentes en Estados Unidos para visitar a sus familiares en Cuba". "Cuando se indagó si tales prerrogativas reconocían a otros ciudadanos norteamericanos, la respuesta fue que no estaban autorizados", añade el artículo.

"Del bloqueo, que es la más cruel de las medidas, no se dijo una palabra. Así se le llama piadosamente a lo que constituye una medida genocida", recalca Castro, y recuerda que el daño de esa política "no se mide solo por sus efectos económicos. Constantemente cuesta vidas humanas y ocasiona sufrimientos dolorosos".

No obstante, como en anteriores escritos, el líder cubano no culpa personalmente a Obama, sino que lo cree incapaz de cambiar el rumbo de Estados Unidos.

"Nuestro país, que ha resistido y está dispuesto a resistir lo que sea necesario, no culpa a Obama de las atrocidades cometidas por otros gobiernos de Estados Unidos. No cuestiona tampoco su sinceridad y sus deseos de cambiar la política y la imagen de Estados Unidos", dice Fidel Castro.

"Partiendo de esa realidad -agrega-, el presidente del Consejo de Estado de Cuba (el general Raúl Castro) expresó su disposición a dialogar con Obama y, sobre la base del más estricto respeto a la soberanía, normalizar las relaciones con Estados Unidos".

El exilio, dividido

Varios grupos del exilio cubano en Miami manifestaron hoy opiniones encontradas sobre la orden del presidente estadounidense, Barack Obama, de levantar las restricciones a los viajes y al envío de remesas a la isla.

Obama anuló hoy esas restricciones que rigen para los cubano-estadounidenses y ordenó a los Departamentos de Estado, del Tesoro y de Comercio que se aplique la medida lo antes posible. "Es un paso significativo en esta nueva dirección de la política de EEUU respecto de Cuba, un paso que habíamos recomendado" dar a Obama, dijo a Efe Francisco "Pepe" Hernández, presidente de la influyente Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).

Recordó que se trata de una "promesa cumplida" por el gobernante estadounidense y un "primer paso" que, a su juicio, demuestra el interés del Gobierno de Obama de "comenzar un nuevo capítulo en la política" hacia la mayor de las islas de las Antillas.

En ese contexto expresó su convencimiento de que la medida servirá para "disminuir la retórica de confrontación" entre las dos naciones y ayudará a aumentar el flujo de "información e intercambio de pueblo a pueblo".

El levantamiento de las restricciones permitirá a partir de ahora a los cubano-estadounidenses enviar remesas a los familiares más directos y parientes en la isla caribeña, así como paquetes humanitarios.

Asimismo, las visitas carecerán de límite temporal o frecuencia, según explicó un funcionario de alto rango del Gobierno de Estados Unidos.

No obstante, Hernández se mostró escéptico con respecto a la posibilidad de que la medida propicie un cambio en la política del régimen comunista cubano, aunque señaló que la orden va a "quitarle mucho del discurso que ha mantenido sobre el Gobierno estadounidense". Obama, en su opinión, "ha presentado una disyuntiva bien difícil" al Gobierno de Cuba, que ahora "deberá dar una respuesta tanto a Estados Unidos como al mundo entero".

Así, Cuba tendrá que hablar con hechos antes que con palabras y "dar una verdadera medida de su interés para mejorar sus relaciones con Estados Unidos", aseveró. Expresó su deseo de que la orden de Obama propicie la liberación de los presos políticos en la isla, una medida que "enviaría un mensaje muy positivo al mundo", subrayó.

La decisión de Obama "manifiesta una debilidad tremenda, es una concesión que ofrece sin que Cuba tenga que hacer ningún cambio", señaló, por su parte, Ninoska Pérez, presidenta del Consejo por la Libertad de Cuba.

"Cuba se va aprovechar de esta debilidad de Obama", insistió Pérez, quien advirtió de que la orden del levantamiento de restricciones se ha promulgado días antes de su asistencia a la Cumbre de las Américas, "en la que participan países que le van a presionar y no son necesariamente democráticos". A su juicio, Obama otorga una concesión al Gobierno cubano sin siquiera pedirle a cambio una "contrapartida". "Está otorgando un premio que va a beneficiar a la dictadura castrista", aseguró. Ramón Saúl Sánchez, director del Movimiento Democracia, aplaudió la disposición de Obama de levantar las limitaciones impuestas en 2004 al envío de remesas y viajes.

"Es un paso importante para reivindicar los derechos de los cubanos que durante medio siglo han sido violados por el régimen de Cuba, y que a partir de 2004 fueron lesionados por estas restricciones", expresó Saúl Sánchez.

Destacó que es ahora el Gobierno cubano el que "debe decir qué va hacer con los precios exorbitantes que cobra por las transacciones, por los viajes y las comunicaciones". Por su parte, Tomás Rodríguez, presidente de Agenda Cuba, dijo que "es un paso de acercamiento entre los hermanos de aquí (EEUU) y los hermanos de allá (Cuba)", un paso que, en su opinión, "puede ayudar a un cambio político, económico y social" en la isla. Pero es, ante todo, dijo Rodríguez, un "derecho que tienen todos los ciudadanos del mundo, el de no tener que pedir permiso de entrada a nuestro país de origen", manifestó.