Un estrecho colaborador del primer ministro británico, Gordon Brown, dimitió ayer por enviar unos polémicos correos electrónicos que supuestamente contenían una campaña para difamar a políticos del opositor Partido Conservador.

En un comunicado, Damian McBride, ex jefe de prensa de Brown, lamentó el “bochorno” que haya podido causar al Gobierno después de enviar unos correos “inapropiados” e “infantiles” desde un ordenador del 10 de Downing Street, oficina del Primer Ministro.

McBride mandó los “emails” a Derek Draper, antiguo asesor de prensa del gubernamental Partido Laborista, quien gestiona una página en internet de tendencia izquierdista y simpatizante con esa fuerza política.

Según la BBC, los textos incluyen alegaciones infundadas sobre el líder conservador, David Cameron, y su portavoz de Economía, George Osborne.

Los correos también han llegado a manos del bloguero pro conservador Paul Staines, quien, sin entrar en detalles acerca del contenido, declaró a la BBC que esa correspondencia electrónica es “obscena”. De acuerdo con Staines, los textos “pretenden ser calumnias” que sería “imposible que publicase un periódico”, pues constituyen “libelos” y resultan “falsos”.

Desde Downing Street, un portavoz confirmó que “el Primer Ministro ha aceptado la dimisión del señor McBride”, y subrayó que nadie en el Gobierno tenía conocimiento de sus controvertidos actos. “La opinión del Primer Ministro es que no hay sitio en la política para la diseminación o publicación de material de este tipo”, agregó el portavoz.