Según Defensa, el Ejército de Sri Lanka se encuentra ya muy cerca de los 12 kilómetros cuadrados declarados como Zona Sin Combate (NFZ), donde según organizaciones de ayuda quedan unos 100.000 civiles atrapados en el fuego cruzado entre el Ejército y la guerrilla.

"Las tropas han identificado las mejores rutas de acceso para que los civiles puedan salir de la NFZ y han establecido puntos de rescate", aseguró el Ministerio de Defensa en un comunicado.

A través de un portal afín, Tamilnet, la guerrilla de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE) ha denunciado en los últimos días las muertes de centenares de civiles víctimas del fuego de artillería del Ejército ceilanés.

El Ejército se defiende asegurando que la guerrilla, que ha perdido en el último año y medio gran parte de su territorio, impide que los civiles atrapados puedan huir con medidas que incluyen "crímenes horrendos".

El acceso de reporteros a la zona está prohibido, por lo que las reivindicaciones carecen de comprobación independiente.

Pero este jueves, la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) emitió un comunicado en el que pidió al Gobierno el cese del fuego de artillería contra las Zonas Sin Combate, que calificó como "una de las zonas más peligrosas del mundo".

Desde Nueva York, HRW aseguró que el fuego de artillería gubernamental en esas zonas, con "unos 100.000 civiles atrapados por el LTTE", ha causado una aumento pronunciado del número de víctimas, con cientos de bajas en los últimos días.

La organización pidió además medidas urgentes al Consejo de Seguridad de la ONU, incluyendo la llegada de un enviado a Sri Lanka encargado de poner fin a las "violaciones de la ley humanitaria internacional en Sri Lanka" por el Gobierno y el LTTE.

"El Consejo de Seguridad está enrocándose en el protocolo cuando debería estar actuando para poner fin a esta espantosa pérdida de vidas", dijo en el comunicado el director en Asia de HRW, Brad Adams.

El LTTE ha sido acusado de disparar a matar a los civiles que intentan escapar de las zonas bajo su control, apenas 20 kilómetros cuadrados del distrito nororiental de Mullaitivu tras una constante ofensiva del Ejército.

Según distintas fuentes, varios de los principales líderes de la guerrilla se esconden de hecho en los espacios de seguridad marcados como refugio para los civiles.

La guerrilla, que nació en la década de 1970, lleva 25 años luchando en guerra abierta contra el Ejército para obtener un estado independiente en el norte y el este de esta isla del Índico, las áreas del país donde la etnia tamil tiene mayor presencia.

Desde entonces han muerto víctimas de la violencia casi 100.000 personas en el país.