"Nuestra prioridad es la seguridad de los miembros de la tripulación en el barco", añadió Gibbs.

Los piratas somalíes secuestraron el carguero "Maersk Alabama", según confirmó en Copenhague la empresa naviera A.P. Müller-Mürsk.

El barco es propiedad de su filial estadounidense Maersk Line, y sus veinte tripulantes son de esa nacionalidad.

El carguero navegaba rumbo a Mombasa cuando fue atacado a las 5.00 horas (2.00 GMT) a unos 500 kilómetros de las costas de Somalia, informó A.P. Müller-Mürsk.

El acto de piratería ocurrió a cientos de kilómetros del buque de guerra estadounidense más próximo en una de las vías de navegación más peligrosas del mundo.

La captura es la más reciente de una serie de ataques de piratas en la región, y los expertos creen que la mejoría en las condiciones climáticas facilita las operaciones de las pequeñas embarcaciones que emplean los asaltantes.

Buques de guerra de EEUU, Alemania, España, China y otros países patrullan las aguas del océano Índico y del Golfo de Adén en torno a las costas de Somalia desde donde operan los piratas.

La Marina de guerra de Estados Unidos indicó que el asalto ocurrió al nordeste de Eyl, una localidad en la región norteña somalí de Puntland.

Los piratas somalíes cambian constantemente las áreas de sus operaciones para evitar a los buques de guerra destinados por más de una docena de países, entre ellos Estados Unidos, Alemania, Rusia, España, Francia y China, a patrullar el área por donde cada año transitan unos 16.000 barcos.

Los piratas capturaron en la última semana al menos tres barcos, incluido el Malaspina Castle, un buque de carga de 32.000 toneladas de propiedad británica y que operaba con bandera italiana.

El año pasado los piratas atacaron a más de 130 buques mercantes en el golfo de Adén, el doble de asaltos que en el año anterior. Habitualmente los piratas liberan al barco y la tripulación capturados tras el pago de rescates.

Los incidentes de piratería se han concentrado en la última década en regiones donde navegan buques comerciales, existe poca o ninguna vigilancia marítima, y los países costeros están sumidos en la inestabilidad política y económica.

Los actos de piratería de años recientes se han concentrado en cuatro regiones: el sudeste de Asia, África, América del Sur y América Central.