La conferencia internacional sobre Afganistán dio ayer un respaldo unánime a la nueva estrategia lanzada por el presidente estadounidense, Barack Obama, para dar un nuevo giro a la acción en el país asiático. La reunión de La Haya, propuesta por EE UU aunque auspiciada por la ONU, no generó apenas anuncios de nuevas ayudas al país asiático, lo que tampoco era su objetivo, sino que se limitó a hacer suyos el nuevo enfoque de Washington, centrado en mantener el esfuerzo militar pero a la vez potenciar el lado civil, aumentar la ayuda económica y promover la “afganización” del conflicto. La potenciación de la policía para que pueda proteger de forma efectiva los territorios que liberan el Ejército y las tropas internacionales, así como el diálogo con talibanes moderados son otros de los aspectos refrendados ayer.

La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, que presentó los nuevos planes de su Gobierno para Afganistán, consiguió “el apoyo, la comprensión y el compromiso de todos los participantes”, según el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. Clinton afirmó que esta cita de La Haya “ha unido a la comunidad internacional contra Al Qaeda” y ha conseguido “todo cuanto esperábamos” en la renovación del compromiso internacional con Afganistán. La reunión aprobó unas conclusiones que acogen favorablemente los planes de EE UU como “una importante contribución para revitalizar los esfuerzos comunes en Afganistán”.

Los más de 90 países participantes en la conferencia apoyaron el énfasis de la estrategia de Obama “por unir el apoyo civil y militar de forma coherente y dentro de una perspectiva regional”, según el texto. La presencia de Irán se convirtió en una de las atracciones, después de la reciente oferta de Obama para impulsar “un nuevo principio” entre ese país y EE UU.

La intervención del viceministro iraní de Exteriores, Mahdi Akhounzadeh, fue constructiva al mostrar su disposición a trabajar en proyectos para el control de la frontera común con Afganistán o la lucha contra el tráfico de opio procedente de ese país, y fue elogiada de forma unánime. Esta conferencia se enmarcó dentro del nuevo esfuerzo de Estados Unidos por relanzar la acción internacional en Afganistán.