Los ataques comenzaron sobre las siete de la mañana -una hora después del fin oficial del alto el fuego- y sólo dañaron levemente algunos vehículos.

En un comunicado, las Brigadas Al-Quds, brazo armado de la Yihad Islámica, reivindicaron las acciones "en respuesta a los crímenes del enemigo sionista y al asesinato" hace tres días en un cibercafé de la ciudad cisjordana de Yenín de uno de sus principales milicianos.

El alto el fuego concluido hoy había sido acordado entre Israel y Hamás hace justo seis meses con la mediación de Egipto.

Ayer, Hamás adelantó oficialmente su fin y culpó "completamente" a Israel del retorno a las hostilidades por "incumplir" su parte del pacto.

Según los términos de la tregua, las milicias palestinas tenían que dejar de lanzar cohetes y proyectiles de mortero contra las localidades vecinas en Israel, que debía, por su parte, suspender sus ataques a Gaza y levantar progresivamente el bloqueo al territorio.

Durante los cuatro primeros meses, ambas partes evitaron los enfrentamientos, salvo en casos puntuales, aunque Israel apenas suavizó el bloqueo a Gaza.

Pero a principios de noviembre una operación militar israelí en Gaza para destruir un túnel cavado por milicianos con el objeto de capturar soldados -según el Ejército- y que acabó con la vida de seis miembros de Hamás marcó un punto de inflexión hacia el deterioro de la situación.

Desde entonces, los grupos armados palestinos han disparado más de 200 cohetes y proyectiles de mortero contra el Estado judío, mientras que Israel ha atacado a las milicias y cerrado los pasos fronterizos la mayor parte del tiempo.

Ayer, en los últimos estertores de la tregua, el Ejército israelí recurrió a los bombardeos aéreos por primera vez en seis meses.

En ese periodo, más de veinte palestinos han muerto en operaciones militares israelíes y las milicias palestinas han disparado dos centenares de proyectiles, que no han provocado víctimas mortales.