La Policía italiana ha desarticulado en la isla mediterránea de Sicilia una red mafiosa que pretendía reorganizar la Cosa Nostra siciliana, informaron hoy fuentes policiales.

La operación, llamada "Perseo", se lleva a cabo desde primeras horas de la mañana en varias ciudades de Sicilia y de la Toscana (centro de Italia), donde se han emitido 99 órdenes de arresto contra supuestos mafiosos. Estas órdenes se han dictado como medida cautelar, toda vez que la Policía italiana investiga desde hace nueve meses la participación de los sospechosos en la incipiente organización.

Entre las órdenes de arresto figuran las de importantes jefes de la mafia siciliana, así como las de colaboradores que pertenecerían a familias mafiosas.

Los investigadores creen que detrás del intento de reorganizar la cúpula de la Cosa Nostra se encuentra el mafioso Matteo Messina Denaro, huido de la justicia.

Los sospechosos pretendían reorganizar la llamada "comisión provincial" de la Cosa Nostra, el órgano dirigente de la banda mafiosa, aunque aún no habían decidido quién iba a ser su máximo responsable.

"Si con la operación Gotha de junio de 2006 Cosa Nostra estaba de rodillas, con esta operación Perseo se le ha impedido volverse a levantar, cortando todas las cabezas pensantes de una nueva estructura de comando que habría querido llevar a cabo, como en otro tiempo, cosas graves", afirma el fiscal antimafia Pietro Grasso.

Según Grasso, esta incipiente organización tenía en mente varios actos criminales, entre ellos, el ataque a algunas instituciones italianas. Las investigaciones se han podido llevar a cabo gracias a interceptaciones telefónicas en los lugares en los que los supuestos promotores de esta organización se reunían para discutir nuevas estrategias.

En el mes de julio pasado, la prensa italiana ya apuntaba a la posibilidad de que la Cosa Nostra se estuviera reorganizando tras el el duro golpe que supuso la detención en 2006 del "jefe de jefes", Bernardo Provenzano, y de su "sucesor", Salvatore lo Piccolo, en 2007.

Provenzano asumió el control de la Cosa Nostra en la década de los ochenta junto a Salvatore "Totó" Riina tras una cruenta guerra de clanes, un control que pasó a ser completo después de la detención de Riina en 1993 y que mantuvo durante más de una década.

Después de la detención de Lo Piccolo, la Policía consideró que la Cosa Nostra se había quedado sin dirección y que era una organización sin estructura.