El líder de los ortodoxos rusos, Alexis II, murió ayer de paro cardíaco a los 79 años de edad tras encabezar desde tiempos de la URSS (1990) una de las iglesias más importantes de Europa. "El Patriarca Alexis ha muerto. Ocurrió hoy por la mañana (por ayer)", aseguró Vladímir Viguiliánski, portavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR). Miles de creyentes llenaron ayer las iglesias para rezar por él.

Alexis, que había sufrido varios infartos en los últimos años, se sintió mal en su residencia de Peredélkino (a las afueras de Moscú), motivo por el que sus ayudantes llamaron a los servicios de urgencia, pero sus esfuerzos fueron inútiles, ya que el corazón del patriarca ya se había parado para siempre.

El patriarca, que nació en 1929 en Tallin (Estonia), había regresado hace cuatro días de Alemania, donde estuvo tres semanas de tratamiento.

Inmediatamente, el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa convocó una reunión urgente para hoy para decidir la fecha del entierro y poner en marcha el mecanismo de sucesión.

Según reza la tradición, el Sínodo debería hacer pública una lista de candidatos a encabezar la IOR, entre los que parte con ventaja el metropolita Kiril de Smolensk y Kaliningrado, jefe del departamento Eclesiástico Exterior de la IOR.

Precisamente, Kiril protagonizó recientemente una gira por América Latina en la que consagró varios templos y se reunió con Fídel Castro en La Habana.

El nuevo líder espiritual de los ortodoxos, que debe ser elegido durante los próximos seis meses, debe cumplir los siguientes requisitos: ser prelado, tener educación teológica superior, experiencia en administración de diócesis, ser leal al orden canónico, tener buena reputación y ser de la confianza de jerarcas, clero y pueblo, además de tener más de cuarenta años.

Mientras, la dirección de la IOR será asumida provisionalmente por el metropolita de Krutitski y Kolómenski, Juvenali, el miembro más veterano del Sínodo, con 73 años.

En cuanto al sepelio, según la agencia Interfax, Alexis dejó escrito en su testamento su voluntad de ser enterrado en la Catedral de la Epifanía Yelójovski de Moscú, mientras la capilla ardiente se situará en la Catedral de Cristo Salvador.

En ese y otros templos de Rusia los creyentes acudieron ayer a rezar por el alma del patriarca, mientras la gente se agolpaba ante su residencia oficial para depositar rosas blancas.