Quedan lejos los tiempos de la Guerra Fría, cuando la Cuba de Fidel era el principal apoyo de la Unión Soviética en su lucha contra EE UU. Pero rusos y cubanos quieren retomar aquella alianza, y aprovecharla de nuevo para hacerse valer frente a Washington. Mientras las relaciones entre la Casa Blanca y el Kremlin se enfrían cada vez más, el presidente ruso, Dmitri Medvedev viajó a Cuba y Venezuela para "estrechar lazos" comerciales y políticos, hacer turismo por La Habana y visitar al convaleciente Fidel Castro

Ya lo dijo hace dos semanas: "Hemos superado la pausa que se produjo en nuestras relaciones durante el pasado decenio [los años noventa] y hoy nuestros contactos tienen contenido y son amistosos". Las palabras del presidente ruso, Dmitri Medvédev, se convirtieron en actos ayer, durante la visita que realizó a Cuba. Allí se reunió con su colega cubano, Raúl Castro, y visitó al convaleciente Fidel, para "estrechar lazos" con el que fuera el más fiel aliado de los soviéticos.

Raúl Castro y Medvédev "coincidieron en la importancia de continuar acrecentando los vínculos mutuos en diferentes campos, particularmente en el económico e intercambiaron criterios acerca de la situación internacional, en especial sobre la actual crisis económica mundial y sus consecuencias", según el relato de los medios oficiales cubanos.

El presidente cubano "agradeció la ayuda brindada por Rusia ante el reciente paso de tres huracanes por la isla en apenas tres meses", y Medvédev "ratificó la disposición del pueblo, Gobierno y empresarios rusos de incrementar su participación en el desarrollo de la economía cubana".

Al margen de la política, el viaje de Medvédev estuvo cargado de simbolismo, ya que el presidente ruso recorrió los lugares más emblemáticos de La Habana acompañado por historiadores locales y por el propio Raúl Castro, que hizo de guía turístico. Tras la visita, Medvédev dijo sentirse "admirado" por la "gran obra" que se ha hecho en la arquitectura y recuperación de espacios históricos en Cuba, en especial la recién inaugurada iglesia ortdoxa, donde el presidente ruso fue recibido con campanadas.La agenda incluyó una ofrenda floral en el mausoleo dedicado al Soldado Internacionalista Soviético.

Después del paseo por La Habana, Medvédev se reunió, esta vez sin la presencia de los medios de comunicación, con el convaleciente Fidel Castro, pese a que este encuentro no estaba previsto en la agenda oficial. Se esperaba que después Medvédev se trasladase al balneario turístico de Varadero. Según dijeron a Efe fuentes de su equipo, el líder del Kremlin podría reposar "horas o días" allí, dependiendo del clima y de "sus deseos".