El veredicto llegó en el octavo día de deliberaciones y afectó a una de las principales entidades de caridad de Estados Unidos hasta su cierre en 2001 y a cinco directivos, dos de los cuales se encuentran en paradero desconocido, y que suman un total de cien cargos. El asistente del Fiscal General para Seguridad Nacional, Patrick Rowan, destacó en un comunicado que la decisión es "un importante hito en los esfuerzos de América contra la financiación del terrorismo".

Los acusados explicaron a través de un portavoz, Khalil Meek, que recurrirían la sentencia, ya que al menos dos de los cinco sospechosos podrían enfrentarse a cadena perpetua. De momento, no hay fecha fijada para la sentencia que confirmará la decisión del jurado.

"La criminalización de la caridad legítima no es sólo un ataque para la comunidad musulmana americana, es un ataque para todos los americanos que creen en los deberes morales de alimentar al hambriento, vestir al pobre y curar al enfermo", subrayó Meek. Parte de esta comunidad considera este proceso un ejemplo de la persecución a la que supuestamente se somete a los musulmanes desde los atentados del 11-S.