A pesar de los esfuerzos de la comunidad internacional, los piratas somalíes consiguieron ayer secuestrar cuatro embarcaciones en los últimos días, en lugares cada vez más alejados de sus refugios de la costa de Puntlandia, en el norte de Somalia. El primero de ellos, el sábado pasado, fue el superpetrolero saudí "Sirius Star", el mayor buque capturado por estas bandas desde que iniciaron su actividad.

Estos cuatro secuestros han supuesto un incremento considerable del índice de riesgo de estas aguas, consideradas ya de las más peligrosas del mundo, hasta el punto de que algunas compañías han informado que sus buques rodearán Africa, por el cabo de Buena Esperanza, en lugar de ir por el canal de Suez, para evitar la zona.

Después de estas capturas, los piratas dejaron ayer mismo en libertad al carguero de Hong Kong "Great Creation", secuestrado el pasado 18 de septiembre con 24 tripulantes chinos y uno de Sri lanka, informó Andrew Mwangura, director del Programa de Asistencia Marítima (PAM), con sede en el puerto keniano de Mombasa.

Nuevo patrón de actuación

El secuestro del "Sirius Star", en cualquier caso, pone de manifiesto un patrón nuevo en la actuación de los piratas, pues el superpetrolero saudí, el barco más grande al que han accedido hasta ahora, lo han abordado lejos de su zona de actuación y han necesitado un importante número de hombres para llevar a cabo la operación.

Po otra parte, los piratas se han convertido en Puntlandia en personajes influyentes en la vida social y política gracias a las enormes ganancias que obtienen de los abultados rescates, de millones de dólares, que pagan las compañías navieras por la liberación de sus barcos y tripulaciones.

El superpetrolero, de la compañía "Vela International", subsidiaria de la petrolera saudí Aramco, tiene una eslora de 330 metros y un peso muerto de más de 300.000 toneladas, con capacidad para transportar dos millones de barriles de crudo y fue secuestrado a 430 millas (800 kilómetros) del puerto keniano de Mombasa.

Entre 30 y 40 piratas tendrían que haber abordado el barco en la operación, según Mwangura, que se llevó a cabo a una distancia de Eyl de unas 900 millas (unos 1.700 kilómetros). Esta lejanía pilló por sorpresa a la fuerza multinacional, que está integrada por Estados Unidos, Rusia y Reino Unido, que patrullan el Golfo de Adén.

Un pesquero tailandés con bandera de Kiribati y 16 tripulantes a bordo, el carguero de Hong Kong Delight, con 25 tripulantes, y un carguero griego, del que hay pocos datos, han sido las últimas víctimas de los piratas, que retienen 16 barcos, entre ellos el ucraniano "MV Faina", cargado de armas que fue secuestrado el pasado 20 de septiembre.

Según la Agencia Marítima Internacional, con sede en Kuala Lumpur, desde enero de 2008 se han producido un total de 95 ataques piratas en la zona y, en 39 casos, los asaltantes secuestraron el buque, cifras muy superiores a las registradas en los dos años anteriores. Más de trescientos marineros se encuentran en poder de los piratas.