Creo que ha dominado la imagen y lo mediático sobre la racionalidad; ha habido una apuesta muy importante de los grandes medios de comunicacion hacia Obama en detrimento de McCain y poniendo siempre en el punto de mira y el chiste fácil a Sarah Palin.

En general tanto en este país como en el resto del mundo, independientemente del color de la piel, religiones, creencias políticas etc, el mundo en general se alegra de la victoria de Obama, precisamente por presentarse como dialogante y no beligerante como su antecesor. Porque en política internacional, a semejanza de nuestro presidente Zapatero, Obama cree en el diálogo como vía para resolver los conflictos.

Si la eleccion de Obama ilustra el tremendo progreso en integración racial que se ha dado en este país desde los años 60, los efectos inmediatos que tendrá la elección del primer presidente afro-americano permitirá que una nueva generacion de gente joven se de cuenta del enorme potencial que tiene un mundo donde los sueños se pueden convertir en realidad y las posibilidades para avanzar son ilimitadas.

Lo más importante de estas elecciones es que por primera vez en la historia de este país, los ciudadanos confían en un hombre de color para que saque a la nación del caos financiero en que se encuentra y del que se ha contagiado el resto del mundo.

Wall Street ha celebrado la llegada de Obama con la bajada más importante desde hace diez años en el acumulado de dos días. Puede ser que todavía no conozcamos hasta dónde debe de bajar, o si la predicción es correcta indica que de verdad estamos ante algo que va a empeorar antes de que empieze a mejorar, o sea más desempleo, más morosidad...

A partir de ahora, Obama deberá tener olfato político y defender de verdad la libertad individual y dejar a un lado los radicalismos colectivistas que ha venido exhibiendo en varias partes de su campaña.

Cierto es que Obama contará con unas mayorías Demócratas en el Congreso y en el Senado que le concederán un gran poder y un amplio nivel de maniobra. Aún así, la mitad de los estadounidenses no van a tragar con ruedas de molino un giro tan radical como el que augura la alianza Obama-Reid-Pelosi.