Las filas kilométricas son la tónica dominante desde primera hora de la mañana en todo EEUU, que además de elegir al sucesor del actual inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, renueva hoy el pleno de la Cámara de Representantes, un tercio del Senado y 11 puestos de gobernador.

La participación masiva ha originado problemas con las máquinas de votación en estados como Nueva Jersey y Nueva York.

"A las 7.30 de la mañana había votado ya tanta gente como a las 12 del mediodía en 2004", dijo John Ritch, funcionario de un colegio electoral en Chappaqua, Nueva York, en declaraciones al diario "The Wall Street Journal", en un reflejo del entusiasmo despertado por estos comicios.

Obama y sus correligionarios demócratas parten como claros favoritos en unas elecciones en las que esperan dar la vuelta al mapa político de Estados Unidos.

El senador por Illinois ejerció su derecho al voto a primera hora de la mañana en Chicago, acompañado de su mujer y sus dos hijas, Malia y Sasha, tras su último gran mitin el lunes en Virginia, en una jornada agridulce que coincidió con la muerte de su abuela, Madelyn Dunham, quien falleció a los 86 años en Hawai.

"Voté", dijo Obama con un comprobante en la mano en el colegio electoral próximo a su residencia de Chicago.

Su compañero de candidatura, Joe Biden, también madrugó para votar, acompañado de su anciana madre. Los dos entregaron el sufragio en una escuela de Delaware, el estado del senador, donde había colas de varias calles.

Obama y Biden se reunirán hoy en Chicago para la que esperan sea una multitudinaria fiesta de celebración, aunque no sin antes hacer un último esfuerzo de campaña: el primero tiene previsto dialogar de forma informal con un grupo de votantes en Indiana y el segundo en un acto en Virginia.

En el frente republicano, McCain votó en Phoenix, en su estado de Arizona, y participará en varios mítines en los vecinos Nuevo México y Colorado.

"Vamos a trabajar duro hasta que cierren las urnas", dijo hoy McCain en una entrevista a la cadena de televisión CBS, tras protagonizar el lunes una gira por siete estados al cierre de la cual aseguró, con la voz quebrada, no se sabe si por el cansancio o la emoción, que se convertiría en presidente de EEUU.

Su "número dos", Sarah Palin, llegó a Alaska de madrugada para votar en su ciudad de Wasilla y viajará a Arizona a última hora para participar en la fiesta electoral republicana.

El enorme interés suscitado por esta contienda era claro hoy en lugares como Ohio, el estado que dio la victoria a Bush en 2004 y donde los votantes más madrugadores comenzaron a hacer cola más de una hora antes de la apertura de los colegios electorales.

Las proyecciones señalan que la participación podría superar el 80 por ciento en el estado.

Escenas similares se repetían en lugares como Virginia, contiguo a la capital, uno de los al menos ocho estados que ganó Bush en 2004 y en el que la derecha estadounidense ve peligrar su reinado.

Los observadores coinciden en que la victoria en algunos de esos estados tradicionalmente conservadores como Virginia, Colorado, Indiana y Carolina del Norte allanaría el camino a las ambiciones presidenciales de Obama.

Según las encuestas, el senador por Illinois de 47 años disfruta de una cómoda ventaja en todos los estados en los que ganó el candidato demócrata John Kerry en las presidenciales de 2004.

Los primeros colegios electorales se cerrarán en algunas partes de Indiana y Kentucky hacia las 23.00 GMT y durante las seis horas siguientes en los otros 48 estados de EEUU y el Distrito Federal de Columbia (DC), Washington capital.

En total, 153,1 millones de personas se han registrado para votar, el 73,5 por ciento de los mayores de 18 años y la cifra más alta desde que en 1920 se permitió el sufragio femenino, según un informe divulgado este fin de semana por la American University.

Alrededor de 30 millones depositaron sus papeletas antes de la cita de hoy en los 34 de los 50 estados del país que permiten el voto por adelantado, una cifra récord.