"Ellos no nos tienen que enseñar a nosotros de derechos humanos ni de convicciones cristianas ni de convicciones democráticas", sostuvo Uribe durante un consejo comunal de Gobierno que encabezó en Envigado, localidad del noroeste vecina a Medellín, su ciudad natal.
El gobernante defendió que la lucha suya lleva el "concepto democrático de seguridad" que propuso en el "manifiesto democrático" con el cual promovió su aspiración a la jefatura del Estado en 2002, cuando fue elegido para un primer mandato de cuatro años.
"Me parece que es por rencor personal que el señor Vivanco (José Miguel, director de HRW para América) y que es por ceguera y dogmatismo y fanatismo que Amnistía Internacional no lo reconoce", expresó Uribe.
"Desde un principio, nuestra vocación ha sido una política de seguridad democrática con credibilidad de opinión, credibilidad sustentada en la eficacia y en la transparencia", añadió el presidente al precisar la política eje de su ejercicio, centrada en la lucha contra los grupos armados ilegales y el narcotráfico.
De asuntos relacionados con esta lucha se ocuparon AI y HRW en sus más recientes informes sobre Colombia y su conflicto armado interno, divulgados ambos en el transcurso de pasado octubre.
La primera organización criticó a Uribe por no aceptar que en su país exista un conflicto armado y también por distorsionar la realidad sobre la situación de derechos humanos, en tanto que HRW puso en duda el alcance del desarme de los grupos paramilitares.
Uribe reconoció que, generalmente, a la Fuerza Pública "la suelen acusar, sobre todo esos organismos internacionales, de violación de derechos humanos.
Sin embargo, se lamentó de que nadie, excepto él, levante la mano para decir que defiende los derechos humanos de policías y soldados, que es tan legítima, válida y necesaria como la de cualquier otro ciudadano.
"Quiero recordarle al señor Vivanco que él no es el profesor nuestro en derechos humanos y que no lo recibimos como tal, que aquí le perdimos el respeto hace mucho rato", enfatizó Uribe.
