Fillon se dirigió a los diputados y senadores reunidos en Congreso en el Palacio de Versalles que deben escoger entre "la renovación y el statu quo" al votar sobre el proyecto de revisión constitucional, en una votación que se perfila muy ajustada.

"Nuestra Constitución -dijo- no es de derecha ni de izquierda, es nuestra ley fundamental que, más allá de los partidos y las alternancias, rige el funcionamiento de nuestra democracia".

Afirmó que "los que votarán por esta reforma lo harán por la Historia. Y los que se opondrán también lo harán por la Historia", que sólo recordará que este 21 de julio marcará un "reforzamiento de los poderes del Parlamento y de los ciudadanos" o "consagrará el statu quo por mucho tiempo".

El texto, que amplia los poderes del Parlamento, encuadra los del jefe de Estado y da nuevos derechos a los ciudadanos, necesita para ser adoptado una mayoría del 60 por ciento de los sufragios emitidos, un listón que el partido conservador de Sarkozy, la UMP, y sus aliados, no alcanzan por sí solos.

Los socialistas, los comunistas y los Verdes han dicho que votarán en contra, con la excepción anunciada del ex ministro socialista Jack Lang, que la apoyará ya que inspiró en parte la reforma como miembro de la comisión que la propuso.

Fillon, que desgranó las principales cláusulas del texto, pidió a los parlamentarios que voten "en conciencia" sobre este texto que "dibujará el rostro de nuestra democracia por varias décadas".

"La renovación o el statu quo", resumió el jefe del Gobierno conservador, que en una clara crítica a los socialistas dijo que "por un lado no se puede denunciar la pretendida 'hiperpresidencia' (de Sarkozy) y, por otro, rechazar esta reforma que atempera los poderes del Ejecutivo reforzando los del Legislativo".

Subrayó que los que digan "no" a los "nuevos derechos" ofrecidos al Parlamento y los ciudadanos tendrán que explicarse ante los franceses "mirándoles a los ojos".

A los miembros de la derecha gobernante opuestos a que se retoque la Carta Magna alumbrada por Charles de Gaulle en 1958 y que ha sido revisada ya más de 20 veces, Fillon les dijo que la renovación propuesta reforzará la supervivencia de la V República.

Fillon rechazó las acusaciones socialistas de que la derecha rechazó el compromiso, señaló que de las 271 enmiendas adoptadas casi 50 procedían de la oposición, y recordó que Sarkozy ha prometido tener en cuenta algunas de sus peticiones.

Más allá de los aspectos institucionales, la revisión constitucional tiene implicaciones de política exterior.

Así mantiene la obligatoriedad de someter a un referéndum toda futura ampliación de la Unión Europea (UE) -incluida por tanto la eventual adhesión de Turquía a la UE rechazada por una mayoría de los franceses-, pero abre la posibilidad de que el jefe de Estado opte por la vía parlamentaria si se lo piden los legisladores.