Los análisis de ADN de los restos óseos hallados el año pasado en los Urales señalan que pertenecen a dos de los hijos de Nicolás II, el último zar ruso, asesinados junto a su familia por los bolcheviques en 1918, anunció ayer el Comité de Investigación de la Fiscalía (CIF) de Rusia.

“Los resultados científicos obtenidos sobre la base del análisis de ADN por tres sistemas genéticos se corresponden con la hipótesis de que en el ‘segundo enterramiento´ fueron hallados los restos de la gran princesa María y el zarevich Alexéi”, se afirma en una nota del CIF.

El comunicado, hecho público la víspera del noventa aniversario del fusilamiento de Nicolás II y familia, señala que continuarán los peritajes para concluir el proceso de identificación de los restos óseos.“En las investigaciones adicionales será necesario realizar análisis comparativos de ADN de representantes de casas reales europeas emparentadas con la familia de los Románov, que ya han dado su consentimiento para ello”, añade la nota.

Nicolás II, su esposa y sus cinco hijos fueron asesinados en un sótano de la casa Ipatiev, en la ciudad de Yekaterimburgo (Urales) el 17 de julio de 1918, y sus restos enterrados en un bosque. Los restos atribuidos al zar, su esposa y tres de los hijos fueron hallados en 1979, exhumados en 1991 y, una vez identificados, sepultados en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo en 1998.

Los estudios iniciales suscitaron muchos interrogantes, por lo que la Casa Imperial no los reconoció como auténticos, a pesar de que el Kremlin los declaró pertenecientes a la familia real con una probabilidad del 99,99 por ciento. Tampoco reconoció aquellos restos la Iglesia Ortodoxa Rusa, que en 2000 canonizó al zar y a su familia como “mártires del comunismo”.

El principal argumento esgrimido entonces fue el hecho de que no habían sido hallados los restos del zarevich Alexéi y de su hermana María. Pero el año pasado se anunció que los probables restos óseos de Alexéi y de María habían sido descubiertos en un bosque cerca de Yekaterimburgo. La clave para localizar el lugar donde los bolcheviques enterraron a los hijos del zar fue la desclasificación de un documento secreto.

Se trata de una relación detallada hecha por Yákov Yurovski, quien dirigió el fusilamiento de la familia imperial rusa por orden directa de la dirección bolchevique. Yurovski narra cómo tras varios intentos fallidos de enterrar los cadáveres de los miembros de la familia del zar, los integrantes del pelotón de fusilamiento decidieron rociar con ácido sulfúrico los cuerpos de nueve de ellos. Esos cuerpos fueron sepultados bajo un puente de maderal, mientras los cadáveres de Alexéi y María fueron trasladados a un bosque cercano, incinerados y enterrados