Los tres, junto con otros dos acusados, se declararon culpables de conspirar para causar explosiones y de provocar alteración del orden público al divulgar vídeos en los que amenazaban con ataques suicidas.

La admisión de culpabilidad se conoció durante el juicio que se sigue en el tribunal de Woolwich contra los ocho acusados del complot descubierto en agosto del 2006.

Los tres que admitieron el cargo de conspirar para causar explosiones y el de la alteración del orden público son Abdulla Ahmed Ali, de 27 años; Assad Sarwar, de 28, y Tanvir Hussain, de 27, mientras que los otros dos que reconocieron el segundo cargo son Ibrahim Savant, de 27 años, y Umar Islam, de 30.

El jurado, integrado por doce personas, tendrá que decidir si los otros cinco acusados del complot para hacer explotar aviones son culpables y también si los tres que no admitieron causar molestias públicas son culpables de este cargo.

Además, el jurado deberá decidir si los ocho son culpables de conspirar para asesinar, cargo que todos niegan.

Según descubrió la Policía, el complot consistía en fabricar bombas que algunos de los acusados llevarían a bordo de aviones de pasajeros desde el aeropuerto londinense de Heathrow hacia destinos en Canadá y, principalmente, Estados Unidos.

Los procesados tienen en su mayoría origen pakistaní y fueron detenidos en redadas practicadas en Londres y Birmingham (centro de Inglaterra) en agosto del 2006.

La conspiración causó un gran trastorno en los aeropuertos británicos, que se vieron obligados a reforzar la seguridad y prohibieron a los pasajeros viajar con líquidos.

También obligó a la suspensión de más de mil vuelos en plena temporada de vacaciones.

El complot consistía en introducir explosivos líquidos en la cabina dentro del equipaje de mano.